Hoy
quiero hacer el honor de dedicarle este artículo a la televisión. Ya que hoy en
día se ha convertido en nuestra profeta y
básicamente en nuestra educación (así nos va).
La televisión hoy en día
es la que dicta las cosas y el curso de nuestras vidas, la que dice cómo se
tienen que hacer las cosas o cómo no se tienen que hacer, qué está bien o qué
está mal, cual es la moda que toca llevar o a quién hay que seguir.
A través de la televisión nos quitan la libertad, tanto física como
mental, nos lavan el cerebro y nos programan mentalmente para seguir un sistema
del cual es prácticamente imposible salir, eso crea el altísimo nivel de
borreguismo que hay actualmente.
Digo
que nos quitan la libertad porque nos hacen ser a todos iguales. Para lo único
que crean diferencias es para enfrentarnos y para odiarnos, como por ejemplo a
través del fútbol,
la política, la religión, etc.
Si te fijas, todos los
días salen los mismos temas pero contados de diferente forma, siempre es la
misma historia pero contada desde otra perspectiva.
De la única manera que una
persona se puede definir como persona libre es, primeramente, siendo libre mentalmente y
segundo respetando y aplicando la libertad de expresión,
lo que ocurre es que la segunda sin la primera no tiene sentido ninguno, es
más, queda anulada totalmente.
Por tanto, la televisión
hoy en día se encarga de eso, nos ofrecen libertad de expresión pero a cambio
nuestra mente está encarcela.
Hoy en día es imposible
tener una mente totalmente libre, puesto que todos tenemos algún prejuicio.
¿Piensas que no? te digo yo uno:
Vas a un hotel de 4
estrellas y te encuentras como recepcionista a un chic@ con una cresta roja y
pendientes. Seguro que la mayoría lo juzgaría de tal o de cual, sin saber quién
es, por lo tanto, tenemos prejuicios contra esa persona.
Esto es tan sólo un
ejemplo de los miles que hay y que a diario se observan, es más, la telebasura
se centra prácticamente en ese estilo, de ahí los programas del corazón, prensa
rosa, cotilleos futboleros (que ahora está muy de moda) etc…
Luego nos ponen a
diferentes ídolos como los futbolistas, políticos, actores y famosos en
general, que el cometido que tienen es el de aplicar modas y fomentar esos
prejuicios, ya que si no estás en la onda no eres de este planeta y te mirarán
como a un bicho raro.
Y una cosa trae a la otra,
puesto que del borreguismo
pasamos al fanatismo y aquí es cuando la
cosa se pone más seria.
Cuando la gente se pelea o
se mata por defender los colores de su equipo, cuando el mundo se divide por
culpa de la religión creándose guerras en nombre de un tal dios, cuando miles
de personas se conglomeran para hacerse una foto con un o una cantante (parece
que no saben que es una persona igual que ellos), en fin… que ejemplos hay para
aburrir, pero todo forma parte del circo de la televisión
Y así nos va, que día tras
día la gente espera que se diga en la tele que ya hemos salido de la crisis
(por poner un ejemplo) Y cuando lo digan, habremos salido, pero no porque la
economía se haya establecido y todas esas cosas, no, (dudo mucho que eso pase)
pasará porque ya está en tu mente y porque lo ha dicho la tele.
Cuando una persona tiene
una idea y la quiere plasmar en la realidad, primero tiene que visualizarla en
su cabeza y darle forma. Luego tendrá que buscar las herramientas que necesita
para llevarla a cabo y ponerse a trabajar.
Creyendo en su idea y con
trabajo duro finalmente conseguirá plasmarla y hacerla real. Pues lo mismo
ocurre con tu vida, visualízala en tu cabeza y busca las herramientas
necesarias para vivir la vida que quieres vivir sin tener que seguir a nadie ni
esperar que nadie te diga cómo lo tienes que hacer.
Cuidado
con lo que contemplamos porque lo mas seguro es que nos ha semejemos a ello,
esto no es de como: “vive y deja vivir”; es todo lo contrario es saber como
vivir y no vivir por vivir la vida se trata es de a donde te dirijes y a donde
vas y eso se lleva acabo solamente mediante las sagradas escrituras no hay
poder en nosotros por el cual digamos mañana voy a vivir o hoy dejo de existir
solo JesusCristo sabe cuando será nuestro dia y nuestra hora. Por tanto debemos
estar mas pendientes de lo que vemos y decimos o escuchamos.
Dejamos
los siguientes versículos para afirmar ya lo antes leído:
Así que
tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios,
aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.
Concentren
su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Me
propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de
Jesucristo, y de éste crucificado.
“Ama al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le
respondió Jesús—.
Por
tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un
hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.
Independiente de los
diversos factores que puedan afectar en diferentes realidades los diferentes
comportamientos, me gustaría resaltar uno, que sin lugar a dudas, actúa siempre
sobre nuestra mente, y consecuentemente sobre nuestros actos y nuestro ser: la
contemplación. “Hay una ley de la naturaleza intelectual y espiritual según la
cual modificamos nuestro ser mediante la contemplación. La inteligencia se
adapta gradualmente a los asuntos en que se ocupa. Se asimila lo que se
acostumbra a amar y a reverenciar (Elena de White, Mente, Carácter y
Personalidad, t. p. 339).
Lo que alimenta nuestra
mente se reflejará en lo que somos. La contemplación ejerce una gran influencia
en los comportamientos buenos y malos. Los niños, desde pequeños, aprenden
mucho sobre cómo actuar solo con observar, y muchos de sus hábitos buenos y
malos se forman sin recibir una palabra de orden. Técnicamente a eso lo
llamamos modelación, ya que el repertorio del comportamiento se desarrolla a
partir de un modelo. Y los más pequeñitos de nuestros comportamientos son
afectados por eso.
¡Piense cuán serio es esto! Vivimos en un
mundo que no ahorra informaciones, imágenes y estímulos musicales, y todo eso
actúa sobre nuestra mente y nuestro ser. Necesitamos ser sabios si deseamos
formar hábitos y carácter libres de influencias dañinas. Suelo ver a mucha
gente subestimar los efectos de la contemplación. Piensan que pueden observar
películas, novelas, oír todo tipo de música, entre tantas otras cosas y no ser
afectados. ¡Cuánta ilusión! Estar libre de esas influencias es tan imposible
como arrojar una moneda hacia arriba en el centro de São Paulo, y esperar que
flote en vez de caer al suelo.
Alguien
que alimenta constantemente la mente con contenidos románticos irreales
construirá castillos de arena y sufrirá grandes desilusiones. Quién habitúa la
mente a escuchar música depresiva está sujeto a convivir constantemente con un
humor depresivo también. Quien permite a los ojos apreciar pornografía y otros
contenidos eróticos tendrá dificultad en cuanto a sus impulsos y pensamientos
sexuales. Somos transformados por la contemplación y nuestra vida será un
reflejo de lo que suele permanecer en nuestra mente.
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