miércoles, 26 de julio de 2017

Estudios sobre la televisión lava tu mente

Hoy quiero hacer el honor de dedicarle este artículo a la televisión. Ya que hoy en día se ha convertido en nuestra profeta y básicamente en nuestra educación (así nos va).

La televisión hoy en día es la que dicta las cosas y el curso de nuestras vidas, la que dice cómo se tienen que hacer las cosas o cómo no se tienen que hacer, qué está bien o qué está mal, cual es la moda que toca llevar o a quién hay que seguir.

A través de la televisión nos quitan la libertad, tanto física como mental, nos lavan el cerebro y nos programan mentalmente para seguir un sistema del cual es prácticamente imposible salir, eso crea el altísimo nivel de borreguismo que hay actualmente.

Digo que nos quitan la libertad porque nos hacen ser a todos iguales. Para lo único que crean diferencias es para enfrentarnos y para odiarnos, como por ejemplo a través del fútbol, la política, la religión, etc.

Si te fijas, todos los días salen los mismos temas pero contados de diferente forma, siempre es la misma historia pero contada desde otra perspectiva.

De la única manera que una persona se puede definir como persona libre es, primeramente, siendo libre mentalmente y segundo respetando y aplicando la libertad de expresión, lo que ocurre es que la segunda sin la primera no tiene sentido ninguno, es más, queda anulada totalmente.

Por tanto, la televisión hoy en día se encarga de eso, nos ofrecen libertad de expresión pero a cambio nuestra mente está encarcela.

Hoy en día es imposible tener una mente totalmente libre, puesto que todos tenemos algún prejuicio. ¿Piensas que no? te digo yo uno:

Vas a un hotel de 4 estrellas y te encuentras como recepcionista a un chic@ con una cresta roja y pendientes. Seguro que la mayoría lo juzgaría de tal o de cual, sin saber quién es, por lo tanto, tenemos prejuicios contra esa persona.

Esto es tan sólo un ejemplo de los miles que hay y que a diario se observan, es más, la telebasura se centra prácticamente en ese estilo, de ahí los programas del corazón, prensa rosa, cotilleos futboleros (que ahora está muy de moda) etc…

Luego nos ponen a diferentes ídolos como los futbolistas, políticos, actores y famosos en general, que el cometido que tienen es el de aplicar modas y fomentar esos prejuicios, ya que si no estás en la onda no eres de este planeta y te mirarán como a un bicho raro.


Y una cosa trae a la otra, puesto que del borreguismo pasamos al fanatismo y aquí es cuando la cosa se pone más seria.

Cuando la gente se pelea o se mata por defender los colores de su equipo, cuando el mundo se divide por culpa de la religión creándose guerras en nombre de un tal dios, cuando miles de personas se conglomeran para hacerse una foto con un o una cantante (parece que no saben que es una persona igual que ellos), en fin… que ejemplos hay para aburrir, pero todo forma parte del circo de la televisión

Y así nos va, que día tras día la gente espera que se diga en la tele que ya hemos salido de la crisis (por poner un ejemplo) Y cuando lo digan, habremos salido, pero no porque la economía se haya establecido y todas esas cosas, no, (dudo mucho que eso pase) pasará porque ya está en tu mente y porque lo ha dicho la tele.

Cuando una persona tiene una idea y la quiere plasmar en la realidad, primero tiene que visualizarla en su cabeza y darle forma. Luego tendrá que buscar las herramientas que necesita para llevarla a cabo y ponerse a trabajar.

Creyendo en su idea y con trabajo duro finalmente conseguirá plasmarla y hacerla real. Pues lo mismo ocurre con tu vida, visualízala en tu cabeza y busca las herramientas necesarias para vivir la vida que quieres vivir sin tener que seguir a nadie ni esperar que nadie te diga cómo lo tienes que hacer.

Cuidado con lo que contemplamos porque lo mas seguro es que nos ha semejemos a ello, esto no es de como: “vive y deja vivir”; es todo lo contrario es saber como vivir y no vivir por vivir la vida se trata es de a donde te dirijes y a donde vas y eso se lleva acabo solamente mediante las sagradas escrituras no hay poder en nosotros por el cual digamos mañana voy a vivir o hoy dejo de existir solo JesusCristo sabe cuando será nuestro dia y nuestra hora. Por tanto debemos estar mas pendientes de lo que vemos y decimos o escuchamos.

Dejamos los siguientes versículos para afirmar ya lo antes leído:

Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. 

Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Me propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de éste crucificado.

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—.

Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.

Independiente de los diversos factores que puedan afectar en diferentes realidades los diferentes comportamientos, me gustaría resaltar uno, que sin lugar a dudas, actúa siempre sobre nuestra mente, y consecuentemente sobre nuestros actos y nuestro ser: la contemplación. “Hay una ley de la naturaleza intelectual y espiritual según la cual modificamos nuestro ser mediante la contemplación. La inteligencia se adapta gradualmente a los asuntos en que se ocupa. Se asimila lo que se acostumbra a amar y a reverenciar (Elena de White, Mente, Carácter y Personalidad, t. p. 339).

Lo que alimenta nuestra mente se reflejará en lo que somos. La contemplación ejerce una gran influencia en los comportamientos buenos y malos. Los niños, desde pequeños, aprenden mucho sobre cómo actuar solo con observar, y muchos de sus hábitos buenos y malos se forman sin recibir una palabra de orden. Técnicamente a eso lo llamamos modelación, ya que el repertorio del comportamiento se desarrolla a partir de un modelo. Y los más pequeñitos de nuestros comportamientos son afectados por eso.

¡Piense cuán serio es esto! Vivimos en un mundo que no ahorra informaciones, imágenes y estímulos musicales, y todo eso actúa sobre nuestra mente y nuestro ser. Necesitamos ser sabios si deseamos formar hábitos y carácter libres de influencias dañinas. Suelo ver a mucha gente subestimar los efectos de la contemplación. Piensan que pueden observar películas, novelas, oír todo tipo de música, entre tantas otras cosas y no ser afectados. ¡Cuánta ilusión! Estar libre de esas influencias es tan imposible como arrojar una moneda hacia arriba en el centro de São Paulo, y esperar que flote en vez de caer al suelo.


Alguien que alimenta constantemente la mente con contenidos románticos irreales construirá castillos de arena y sufrirá grandes desilusiones. Quién habitúa la mente a escuchar música depresiva está sujeto a convivir constantemente con un humor depresivo también. Quien permite a los ojos apreciar pornografía y otros contenidos eróticos tendrá dificultad en cuanto a sus impulsos y pensamientos sexuales. Somos transformados por la contemplación y nuestra vida será un reflejo de lo que suele permanecer en nuestra mente.


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