Introducción
Mensajes Selectos, página 226:
"No os engañéis. Muchos se apartarán de la fe prestando atención a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. Tenemos ahora delante de
nosotros el Alfa de ese peligro; la Omega será de una naturaleza asombrosísima".
Vamos a tener una palabra de oración antes de comenzar con
este tema tan importante. Padre
nuestro que estás en los cielos, ahora al comenzar con este tema tan delicado,
pero que tiene mucho que ver con la salud de Tu Iglesia y Tu pronta venida,
pedimos que el Espíritu Santo esté presente en todo lo que se diga y para
inscribir la verdad en las tablas de nuestros corazones, así como Tú escribiste
los mandamientos en las tablas de piedra. En el nombre de Jesús. Amén.
En Mensajes
Selectos, Tomo 1, página 231, los compiladores nos dan el siguiente
comentario: Durante el verano de 1904, en un punto crítico de la crisis
provocada por la difusión de las teorías panteístas del Dr. J. H. Kellog, y en un tiempo donde él apoyaba procedimientos
ilegítimos acerca de la forma de manejar nuestra obra médica, Ellen White hizo
resonar varias amonestaciones. Consejos en los que se hacen referencias al
Panteísmo. Esto se puede encontrar, para que ustedes lo lean, en 3JT:259-279. También en el Ministerio
de Curación, páginas 334-345. Para los antecedentes de lo que
ocurrió con el Panteísmo pueden verlo en los libros El
Permanente Don de Profecía de
Arthur G. Daniells, páginas 387-402, en la edición de 1962.
La Apostasía Alfa tuvo que ver con el Panteísmo. ¿Saben lo
que es Panteísmo? Había un doctor que se había ocupado de la Reforma Pro-Salud,
pero que luego se desvió y comenzó a creer que Dios está en todas las cosas.
Ese fue el Alfa de la Apostasía. Ahora nos estamos enfrentando con la Apostasía
Omega. Leamos de nuevo esta cita, porque la Apostasía Omega fue predicha.
1MS:231
= "No os engañéis. Muchos se apartarán de la fe,
prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. Tenemos
ahora delante de nosotros el Alfa de este peligro".
Esto fue hace casi 100 años. "La Omega será de una naturaleza
asombrosísima". Presten atención, sería de una naturaleza asombrosísima.
No asombrosa.
Es interesante, aquí no dice que se apartarán de la Iglesia. Lo voy a leer de nuevo. No os
engañéis. Muchos se apartarán de la fe. Lo que es asombroso de la
Apostasía Omega es que aquellos que se han apartado de la fe, muchos han salido
de la Iglesia, pero otros han permanecido en la Iglesia, y están tratando
de cambiar las doctrinas de la Iglesia y la práctica de la Iglesia.
Las razones por las cuales estamos estudiando este tema. Primero, porque hay confusión entre los hermanos. Los hermanos se preguntan, por qué muchos de los dirigentes en esta Iglesia están en contra de la difusión de los libros del Espíritu de Profecía. Están en contra de que se predique el Mensaje del Tercer Ángel. Están en contra de que se predique la Reforma Pro-Salud. Vamos a ver que todos estos temas están conectados. El Reavivamiento y la Reforma. Vamos a tratar de explicarlo de una manera que los hermanos puedan entender, para que no haya más confusión, y que puedan orar por aquellos, ya sean laicos, pastores o dirigentes que se encuentren en este momento en apostasía. Ese debe ser el espíritu. El espíritu de oración, de ayuno, de clamar a Dios por nuestros hermanos, que están en apostasía.
Otra razón. Porque es una señal del tiempo del fin. La
Apostasía Omega viene justo antes del fin. Otra razón. Porque estaba
profetizada. Y cuando veamos que la Apostasía Omega es asombrosísima, nos vamos
a dar cuenta que lo que decía el Espíritu de Profecía se ha cumplido. Y
finalmente, porque la Apostasía Omega está en contra de la Reforma Pro-Salud.
Eso está cabal. No quieren hablar de la Reforma Pro-Salud. Y la Reforma
Pro-Salud es el medio que el Señor utiliza para purificar la Iglesia. Evangelismo, página 195.
No va a haber otra Iglesia
Vamos a comenzar hablando del desarrollo histórico de esta
apostasía. Cómo se desarrolló en la historia de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día y cómo ha llegado a este punto. No vamos a poder dar todos los detalles.
Pero vamos a dar un bosquejo para que se den cuenta.
Ahora, antes de comenzar, quiero aclarar algo muy
importante. La Iglesia Adventista del Séptimo Día es la Iglesia de Dios. La
Iglesia Remanente de la profecía. En (Apoc.
14:12) dice que son los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de
Jesús. Esa es la Iglesia Adventista. La Iglesia Adventista es la única que
cumple con los requisitos, de guardar los mandamientos de Dios, la fe de Jesús,
y tener el testimonio de Jesucristo que es el Espíritu de Profecía.
No va a haber otra Iglesia. No hay que salirse de la
Iglesia. Yo soy un miembro de la Iglesia Adventista y aconsejo a los hermanos
que están en la Iglesia Adventista y que se dan cuenta que hay problemas, que
permanezcan en la Iglesia, que no salgan. Y si algún hermano se ha sentido
desanimado y ha dejado la Iglesia de Dios, le voy a pedir que con oración
considere lo que vamos a leer ahora. Y que vuelva a la Iglesia de Dios.
Estamos llamando a aquellos que han salido por una razón o
por otra. El Señor quiere tener una Iglesia unida. Vamos a ver que los que van
a salir de la Iglesia finalmente no son los santos, sino los pecadores. En el
Zarandeo salen los pecadores. Si tú te vas de la Iglesia, eres uno de los
pecadores, no eres uno de los santos. Los santos se quedan, los pecadores se
van. Eso todavía no ha sucedido. Por eso vemos apostasía en la Iglesia. Pero te
invito a que vuelvas a la Iglesia.
No es momento de criticar. No es momento de irse ni de
llamar a la Iglesia de Babilonia. Hay muchos en este momento que están diciendo
que la Iglesia es Babilonia y que tenemos que salir de ella. Esto no es verdad.
Esto es satánico.
¿Ustedes saben que esta apostasía había estado predicha? En Eventos de los Últimos Días,
página 184 dice: "Puede parecer que la Iglesia está por caer, pero no
caerá. La Iglesia no caerá. Ella permanece en pie mientras los pecadores que
hay en Sión son tamizados, mientras la paja es separada del trigo precioso. Es
una prueba terrible y sin embargo tiene que ocurrir". ¿Quiénes son los que
van a salir de la Iglesia? Los pecadores. No te vayas de la Iglesia. Pero
tampoco quiere decir que porque te quedes en la Iglesia, tienes que participar
de la apostasía que se encuentra en miembros de la Iglesia y aun en
dirigentes.
Debemos vivir en forma pura delante de
Dios. Debemos vivir nuestra vida cristiana en medio de la apostasía que existe
en el mundo y en medio de la apostasía que existe en la Iglesia. Debemos
pedirle al Señor que nos de paciencia, que nos de amor, interceder por el
mundo, interceder por la Iglesia. No irnos o llamarla Babilonia.
Estoy haciendo esta introducción, porque este es un tema muy
delicado, y se puede prestar a mala interpretación. Y quiero decir que soy un
miembro leal de la Iglesia Adventista. Cuando yo encuentro gente que necesita
encontrar a Dios, yo les digo que vengan a la Iglesia Adventista. Yo no le digo
a nadie que se salga de la Iglesia Adventista. Pero debemos saber lo que está
pasando, porque si conocemos esta apostasía y sabemos por qué ha sucedido,
muchos de nosotros nos vamos evitar salir de la Iglesia. Porque sabemos que el
Señor la ha predicho y sabía lo que iba a suceder.
Ahora bien, el ser carnívoro y el ir en contra de la Reforma
Pro-Salud está en contra de la verdad que el Señor nos ha enseñado. Y va a ser
causa de apostasía. No lo digo yo, lo dice el Espíritu Santo en Consejos sobre
Régimen Alimenticio, página 456:
"Deben verse mayores reformas entre nuestros hermanos
que pretenden estar esperando la pronta venida de Cristo. La Reforma Pro-Salud
ha de hacer entre nuestros hermanos una obra que todavía no se ha hecho. Hay
personas que debieran estar despiertas ante el peligro de comer carne, pero que
continúan consumiendo carne de animales, poniendo así en peligro la salud
física, mental y espiritual." Presten atención a lo que sigue:
"Muchos que están hoy medio convertidos con respecto al consumo de la
carne, abandonarán el pueblo de Dios para no andar más con él." Aquí
ponemos, ¿cómo se llama cuando una persona abandona el pueblo de Dios? Apostasía.
Y muchos de los que no están convertidos con respecto a la carne, van a entrar
en esta apostasía.
Muy bien, después de haber dicho esto, vamos a comenzar con
la parte histórica de lo que es esta apostasía. Voy a dar tres fechas claves,
fechas importantes. Una fue 1931. La otra 1955-1957. La otra es 1979-1980.
¿Qué sucedió en 1931? Yo no estaba vivo. No creo que ninguno
de los que estamos aquí, estaba con vida en 1931. Pero había surgido un
problema con el cual se enfrentaron los dirigentes de la Obra en la Asociación
General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Doctrinas de Babilonia en Nuestra Iglesia
La Escuela de Medicina en Loma Linda necesitaba ser
acreditada por el Gobierno. O por lo menos así se pensaba. De otra manera los
estudiantes adventistas tenían que ir a Universidades del mundo. Donde no les
iban a enseñar a ser médicos misioneros, sino que les iban a enseñar lo que el
mundo enseña. Además, habría problemas del Sábado, problemas de las malas
compañías. Ustedes saben todo esto, entonces se comenzó a tratar de enseñar en
Loma Linda, medicina en un ambiente cristiano. Y lo que pasaba era que los
Colegios Adventistas, en cada Unión hay un Colegio, no estaban acreditados por
el Gobierno.
¿Qué quiere decir acreditados por el Gobierno? Que el
Gobierno de Estados Unidos dice que ese Colegio está acreditado. Y para que el
Colegio esté acreditado tenía que cumplir ciertos requisitos. Y uno de los
requisitos era que los profesores tenían que tener títulos. Por ejemplo, título
de Doctor en Teología, en Filosofía, que se llama PHD.
Esos títulos no los tenían nuestros profesores, porque no
había necesidad, para predicar el evangelio, tener un título. Ni para enseñar a
los pastores, a los estudiantes para el ministerio, a los estudiantes para otras
carreras, no es necesario tener un título del mundo, sino lo que es necesario,
es conocer la Palabra de Dios. Lo que se debe enseñar en nuestra Iglesia y en
nuestras Escuelas, es la Palabra de Dios. Lo que incluye el testimonio de
Jesucristo, el Espíritu de Profecía. Pero se tomó una resolución con muy buenas
intenciones, de enviar a profesores adventistas a Colegios no adventistas, ya
sean Colegios Evangélicos, hasta Colegios Católicos, con el objeto de conseguir
esos títulos. No de aprender lo que ellos enseñaban ni de cambiar la doctrina,
sino de conseguir esos títulos.
Pero había un temor. ¿Cuál era ese temor? El temor de que
alguno de estos profesores fuera aprender las doctrinas de las iglesias de
Babilonia y después traerlas a nuestra iglesia y enseñarlas en los Colegios
Adventistas. Y de allí se diseminaría a toda la Iglesia. Entonces se dijo que
únicamente profesores bien consagrados, de edad, de experiencia, iban a ser
enviados para recibir este tipo de educación y estos títulos.
Pero ya para el año 1933 se vio que no solamente estaban
yendo los profesores mayores y conocedores de la verdad y conocedores de los
engaños de las otras doctrinas, sino que empezaron a ir profesores o alumnos
que recién habían salido del curso teológico, y comenzaron a ir en grandes
cantidades. Y muchos de estos estudiantes y teólogos, sin darse cuenta, fueron
a estas Universidades o Colegios no Adventistas, aprendieron las doctrinas de
Babilonia y las trajeron a nuestra Iglesia. Pero esto no sucedió de repente. Ni
hubo un cambio repentino.
Durante los últimos 70 años, desde el año 1931 hasta ahora,
casi 70 años, esto está sucediendo. Y ha sido un proceso lento, pero seguro,
que nos ha llevado a dejar las doctrinas distintivas de la vida. No solo
trajeron títulos, sino que trajeron también doctrinas erradas. Este fue el
comienzo de la Apostasía Omega en 1931.
Adventistas: ¿Una secta?
Ahora vamos a 1957. ¿Qué pasó en 1957? Volvamos un poco más
atrás, al año 1955. Un estudiante para el doctorado de teología, ¿saben el
nombre? ¿Cómo? No. Un estudiante evangélico de teología, llamado Walter Martin.
¿Oyeron hablar de Walter Martin? Él estaba haciendo su tesis para el doctorado,
y más tarde escribió un libro. Y el tema de la tesis era las sectas. En eso
presentó, yo lo vi el libro, a los Testigos de Jehová, presentó a los Mormones
y otras sectas, pero él también estudió la Iglesia Adventista, porque la
Iglesia Adventista era considerada una secta. Antes del año 1957.
Los Protestantes la consideraban una secta, aquí en Estados
Unidos. Y esta secta, que ellos así la consideraban, comenzó a estudiarla,
porque consideraba que era una secta. Y qué mejor manera de estudiar que ir a
la Asociación General y preguntar. Era un hombre estudioso, un hombre cabal,
que quería hacer una buena investigación, en vez de decir cosas de nosotros que
no eran verdad, se dijo, voy a preguntarles a ellos, a ver qué me dicen. Y
tenemos que decir algo. Pues nosotros muchas veces aceptamos lo que nos dicen.
Alguien dice un chisme y ya va dando vueltas. Y no vamos a la persona a preguntarle:
¿Es así?
Él fue a la Asociación General y fue con otro muy importante
personaje entre los Evangélicos, que era el Dr. Barnhouse, de una Iglesia de
Filadelfia en Estados Unidos, y que era Editor de la revista Eternidad (Eternity), que los Protestantes
leían mucho. Y fueron a hablar con los dirigentes en la Asociación General,
para preguntarles lo que ellos creían, lo que nosotros creíamos como Iglesia.
Entonces, ellos vieron una oportunidad de conseguir que los Protestantes no
dijeran más que somos una secta. ¿No sería hermoso eso? ¿A quién le gusta que
le digan que es una secta? Si nos dicen que somos una secta, probablemente
hubiera más conversiones, hubiera más gente que aceptara la verdad. O sea, que
con buenas intenciones ellos entablaron un dialogo con el Dr. en Teología y el
estudiante.
¿A ustedes les parece que ellos estaban en contra de que
nosotros guardábamos el Sábado? ¿Les parece? Esa no era su objeción. Ellos no
guardan el Sábado y piensan que estamos equivocados. Pero el hecho de que
guardamos el Sábado, para ellos no significa que seamos una secta. Ellos
aceptan eso. Si ustedes creen eso, nosotros creemos eso. Ustedes son cristianos
y nosotros somos cristianos. Pero había un tema que ellos no podían aceptar. Y
ese era el tema de la naturaleza humana de Cristo. Había otro tema, que era el
tema de la expiación. No voy a entrar en ese tema, sino en el tema de la
naturaleza humana de Cristo.
Presten atención para que no se confundan. Los Evangélicos y
los Adventistas, los dos creemos, como dice la Biblia, que Cristo era Dios y
era hombre. Cristo fue Dios y se hizo hombre. Eso lo creen ellos y lo creemos
nosotros. O sea que ahí no hay problema. El problema era qué clase de hombre se
hizo Cristo. No negro, blanco, amarillo, sino, ¿era un hombre como Adán cuando
Dios lo creó? ¿O era un hombre como Adán después del pecado? A eso se le llama
la naturaleza de Cristo. Cuando se habla de la naturaleza de Cristo se puede
hablar de la parte divina y de la parte humana. Pero cuando hablamos,
generalmente nos referimos a la parte humana de la naturaleza de Cristo. La
naturaleza humana de Cristo que Él tomó. Él era Dios.
Los Testigos de Jehová piensan que Cristo fue creado.
Nosotros no pensamos eso.
Nosotros pensamos o creemos de acuerdo a la Biblia,
que Jesús era Dios y se hizo hombre. Esto no lo podemos explicar en una forma
precisa. Cómo se puede explicar que Dios se haya hecho hombre. Eso es un
misterio. Pero tenemos que aceptar lo que dice la Biblia y el Espíritu de Profecía
con respecto a qué tipo de hombre Él se hizo. ¿Entienden?
Les voy a explicar primero lo que es la naturaleza. En el Camino
a Cristo, página 62, habla de Adán, habla de su naturaleza. Dice, era
posible para Adán antes de la caída conservar un carácter justo por la
obediencia a la ley de Dios. Adán tenía una naturaleza y tenía fuerza para
obedecer. Nosotros no tenemos fuerza para obedecer. Nosotros dependemos de
Dios. Sin Dios caemos. Él no. Él, sin necesariamente estar en comunión con
Dios, en comunión directa con Dios, él podía obedecer. Y Eva también.
Miren lo que dice acá, en Patriarcas
y Profetas, página 35, si cedían a la tentación, su naturaleza se
depravaría, y no tendrían en sí mismos poder ni disposición para resistir a
Satanás. ¿Qué quiere decir? Que si cuando pecaran no tendrían poder en sí
mismos de resistir a Satanás, antes tenían poder en sí mismos de resistir a
Satanás. Ellos tenían poder. Nosotros no, pero ellos sí. Pero cuando pecaron,
¿qué pasó? Perdieron ese poder. Todos sus descendientes no tenemos ese poder.
Nosotros necesitamos minuto a minuto depender de Cristo. Debemos minuto a
minuto, estar sometidos a Su voluntad. Minuto a minuto el Espíritu Santo está
en nosotros y no caemos en pecado.
En Patriarcas y Profetas, página 46,
nos dice, después de su pecado Adán y Eva no pudieron seguir morando en el
Edén. Se les dijo que su naturaleza se había depravado por el pecado. Que había
disminuido su poder para resistir al mal y que habían abierto la puerta para
que Satanás tuviera más fácil acceso a ellos.
Les voy a dar un ejemplo. No se cuántos escucharon la
historia de la rana y el escorpión. La escucharon. Resulta que una rana estaba
por nadar y cruzar un río; y siente que alguien le habla. Mira, y está el
escorpión. Y le dice el escorpión, rana; ¿si? ¿Por qué no me llevas al otro
lado del río? Y la rana le dice, no, ¡pues me vas a picar! Tu eres un animal
venenoso, me voy a morir. Pero él le dice, pero fíjate, tu estás cruzando el
río y me estás llevando en la espalda. Yo no te voy a picar, porque si te pico,
nos hundimos los dos y yo también me ahogo. ¿No le parece? Entonces la rana,
que tiene buen corazón, le dijo, súbete allá atrás. Y lo iba llevando, y cuando
llegaron a la mitad del río, el escorpión la picó. Y se iban hundiendo los dos
y la rana le dice, ¿por qué me picaste? Y el escorpión le dijo, ¡es mi
naturaleza!
¿Entiende? El escorpión por naturaleza, a pesar que sabía
que se iba a morir, no pudo dejar de picar la rana. Eso es lo que se llama
naturaleza pecaminosa. Nosotros por naturaleza no podemos dejar de pecar. Hace
falta el nuevo nacimiento. Hace falta el poder del Espíritu Santo. Nosotros no
podemos, por nuestras propias fuerzas, servir a Dios.
Ahora, volvamos al asunto de los Evangélicos. Los
Evangélicos creen que nosotros somos como el escorpión. Que por naturaleza
vamos a pecar siempre y hasta que Cristo venga y transforme nuestra naturaleza.
¿Entienden? Mientras que los Adventistas creemos que Cristo tomó una naturaleza
como la nuestra. Y de esa manera Él demostró que no somos como el escorpión
porque Dios puede hacer un milagro. ¿Puede hacer Dios que el escorpión no
pique? Puede. Les pregunto, algún burro y algún asno habla por naturaleza? No.
Sin embargo, hubo un asno que habló. El asno que le habló a Balaán. O sea que
Dios puede hacer milagros para que todo lo que hizo el pecado en nuestra
naturaleza, esa tentación, tengamos libertad y victoria en la tentación. Y que
podamos vencerla.
Ahora, con respecto a la naturaleza de Cristo, vamos a ver
primero que dice la Palabra de Dios. Porque los Evangélicos no solo piensan que
Cristo no tomó nuestra naturaleza, sino que ellos piensan que la naturaleza
misma es pecado. Ellos dicen, la naturaleza humana pecaminosa es pecado. Por lo
tanto, dicen ellos, y están equivocados, si Cristo hubiera tomado nuestra
naturaleza, hubiera pecado ya al nacer. Eso es lo que se llama el pecado
original.
Vamos a ver qué dice la Palabra de Dios. ¿Qué es pecado? 1
Juan 3:4. Esto lo sabemos de memoria, pero busquémoslo de todas formas. Todo
aquel que comete pecado, infringe también la ley, pues el pecado es
transgresión de la ley. ¿Está claro? O sea que el pecado no es lo que uno es,
sino lo que uno hace. Esas son las diferencias filosóficas, pero entre los
teólogos, eso es muy discutido. A nosotros nonos interesa mucho. Pero decimos,
somos pecadores. Si, somos pecadores. Pero que seamos pecadores, no quiere decir que
tengamos que pecar. Porque hubo un burro, que sí era burro, pero no tuvo que
rebuznar, sino que habló. Y si el burro puede hablar, el pecador, por la gracia
de Dios, por un milagro, puede dejar de pecar. No solamente por sus propias
fuerzas, eso es imposible, pero por la gracia de Dios.
Ahora, ¿qué es lo que dice el Espíritu Santo en el Conflicto de los Siglos, página
545? ¿Cuántas definiciones de pecado hay? La única definición del pecado es la
que da la Palabra de Dios. El pecado es transgresión de la ley. Ese es el
pecado. Y un bebé que nace, por más que sea un pecador, y por más que si vive
lo suficiente va a pecar, no ha pecado únicamente por haber tomado una
naturaleza humana, pecaminosa. Porque sino Cristo al nacer habría pecado. ¿Se
dan cuenta? Nada más que al convertirse en un bebé hubiera pecado.
Los Evangélicos por supuesto, si uno dijera que Cristo ha
pecado, ellos enseguida nos clasifican como secta. Y si nosotros le decimos que
pensamos que Cristo tomó una naturaleza como la nuestra, la conclusión que
ellos sacan es que Cristo pecó. Entonces dicen que somos una secta.
¿Entonces qué podrían hacer los hermanos de la Asociación
General? Ellos tomaron una decisión. Buscaron citas en el Espíritu de Profecía,
les transformaron el sentido y les dijeron que nosotros creemos que los
Adventistas del Séptimo Día creemos que Cristo tomó la naturaleza de Adán antes
de haber pecado. O sea, que Cristo no era como nosotros. Eso no es ningún
secreto. Y se publicó un libro en el año 1957. Ese libro se llama
"Preguntas Sobre Doctrinas". Ese libro está por todas partes. En las
Bibliotecas en las Universidades Adventistas. Fue a todo el mundo. Y en ese libro
dice que Cristo tomó la naturaleza de Adán antes de caer. Y esto es lo que
desde el año 1957 se ha estado enseñando en nuestros Colegios.
No digo que todos en todo momento, pero se ha vuelto cada
vez más generalizado. Esto se llama una Nueva Teología. Porque al enseñar que
Cristo era distinto que nosotros, la consecuencia lógica es que Cristo pudo
vencer el pecado porque tenía otra naturaleza. ¿Se acuerdan que Adán por su
naturaleza podía vencer el pecado? Nosotros no. Entonces
si Cristo era diferente, nosotros no podemos vencer el pecado. Esa es la Nueva
Teología. Eso no es verdad. Eso es error. Esto se opone directamente a lo que
dice la inspiración. Lo
vamos a ver más adelante.
Como resultado, el estudiante de doctorado, Walter Martin,
en su libro, dijo que los Adventistas del Séptimo Día no somos una secta. Sino
que somos una Iglesia cristiana, evangélica. Que somos una denominación. Y eso
causó mucho regocijo en los dirigentes de nuestra Iglesia. ¿Pero qué pasó? Esto
fue un avance más hacia la Apostasía Omega. Quizá en ese momento no se vieron
todos los resultados, pero ahora los estamos viendo.
Vamos a ver qué dice la Palabra de Dios con respecto a esto.
¿Qué naturaleza tenía Cristo? Juan 1:14. El evangelio de Juan, el capítulo 1 y
el versículo 14. Vamos a empezar por el versículo 1, que dice que Cristo era
Dios. En el principio era el Verbo, esto es Cristo, y el Verbo era con Dios, y
el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él
fueron hechas y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En el versículo
14, y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria,
gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
¿Qué es lo que dice? Aquel Verbo, ¿se hizo que? Carne. ¿Qué
tipo de carne? Veamos en Romanos, capítulo 8 y versículo 3. Dice así, porque lo
que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando
a Su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al
pecado en la carne. ¿Qué dice? Que fue hecho en semejanza de carne de pecado.
Prestemos atención a estas palabras. Semejanza de carne de pecado.
Ahora, yo les pregunto: ¿Si yo les muestro una foto, es
semejante a una persona? Es semejante. No es igual. ¿Entienden? Lo que dicen
muchos de los que defienden la Nueva Teología, es que Cristo era parecido a
nosotros, como una foto, pero no igual que nosotros. Es decir, se veía como
nosotros, tenía una mente más débil que la de Adán, pero espiritualmente era
como Adán antes de caer. ¿Cómo podemos saber que esto no es verdad en forma
bíblica?
Les voy hacer una pregunta: ¿Cristo fue hecho hombre o fue
hecho parecido a un hombre? Fue hecho hombre. ¿Alguno duda eso? Hasta los
Evangélicos creen que Cristo fue un hombre de verdad. No era parecido a un
hombre. Porque podría haber sido un espíritu, como ahora se están apareciendo,
espíritus malignos, que parecen ser hombres, pero no son. Cristo era un hombre.
Ahora, busquemos en Filipenses,
capítulo 2 y versículo 7. Fíjense lo que dice acá, sino que se despojó a Sí
mismo, hablando de Cristo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres. Ahora, yo podría decir, si tu me dices que en Romanos 8:3 dice que
Cristo era parecido a carne de pecado, yo también puedo decir que era parecido
a un hombre. Que no era un hombre. Yo me fijé en el Diccionario Griego. La
palabra que se usa en el Griego en (Romanos
8:3) es la misma palabra que se usa en (Filipenses 2:7). O sea, que si Cristo, era parecido a carne de
pecado y no tomó la carne de pecado, ¿Él era qué? Parecido al hombre y no era
hombre. Porque a la palabra no se le puede dar dos significados distintos,
cuando está hablando de la misma cosa.
Pero vamos más adelante. En (1 Timoteo 3:16), allí se produjo un milagro, que se llama el
misterio de la piedad. Indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad.
Dios fue manifestado en carne, justificado en el espíritu, visto de los
ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en
gloria. Cristo fue manifestado en carne. Si quieren saber cuáles son los fritos
de la carne, vamos a (Gálatas 5:19-21).
Porque dice que Dios fue manifestado en carne. Y manifiestas son las obras de
la carne, que son, adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos,, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas.
Estos son los frutos de la carne. Y Dios fue hecho carne. Pero Dios no tomó los
frutos. ¿Se dan cuenta? Y nosotros tampoco necesitamos tomarlos.
Vamos a buscar finalmente en (Hebreos 2:16-17). Hay otros versículos, pero no se los puedo
presentar a todos hoy. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que
socorrió a la descendencia de Abrahán. Por lo cual debía ser en todo semejante
a Sus hermanos. ¿En qué? En todo. Hay algunos que dicen que Él era semejante
mentalmente y físicamente, pero no espiritualmente. Aquí dice en todo. Yo no
puedo cambiar lo que dice la Palabra de Dios. Si bien muchos tratan de
cambiarlo. Para venir a ser un misericordioso y fiel Sumo Sacerdote, en lo que
a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. La Palabra de Dios es
clara, Cristo tomó nuestra naturaleza.
Veamos
si el Espíritu de Profecía contradice lo que dice la Palabra de
Dios. Aquí se nos dice, en el Deseado de Todas las Gentes, página
87, a pesar de que los pecados de un mundo culpable pesaban sobre Cristo, a
pesar de la humillación que implicaba el tomar sobre sí nuestra naturaleza
caída, la voz del cielo lo declaró Hijo del eterno. ¿Qué dice aquí? Que Él tomó
sobre Sí nuestra naturaleza caída. En la
página 32 del Deseado de Todas
las Gentes dice,
habría sido una humillación casi infinita para el Hijo de Dios revestirse de la
naturaleza humana, aun cuando Adán poseía la inocencia del Edén. Pero Jesús aceptó
la humanidad cuando la especie se hallaba debilitada por cuatro mil años de
pecado.
Presten atención a esto. Como cualquier hijo de Adán, aceptó
los efectos de la gran ley de la herencia. ¿Cuáles son los efectos de la gran
ley de la herencia? Si yo soy hijo de Adán, yo heredo lo que me dio Adán. Una
naturaleza, ¿qué dice? Depravada. Como cualquier hijo de Adán, aceptó los
efectos de la gran ley de la herencia. Y la historia de sus antepasados
terrenales demuestran cuáles eran aquellos efectos. Mas Él vino con una
herencia tal, para compartir nuestras penas y tentaciones, dejándonos un
ejemplo de una vida sin pecado. Esto es muy importante hermanos. Cristo, con
nuestra naturaleza, vivió una vida sin pecado. Por eso nos puede dar un
ejemplo. Sino un ángel nos podría dar un ejemplo. Hay ángeles que no pecan
nunca. Ningún ángel de Dios ha pecado. Pero ellos no son nuestro ejemplo.
Porque para ser nuestro ejemplo, tienen que ser como nosotros.
Más claro se presenta en la página 91-92 del Deseado
de Todas las Gentes, Satanás había señalado el pecado de
Adán como prueba de que la ley de Dios era injusta y que no podía ser acatada.
En nuestra humanidad Cristo habría de resarcir el fracaso de Adán. ¿En cuál
humanidad? En la nuestra. Es nuestra humanidad la de Adán antes de pecar? No.
En nuestra humanidad. Eso es en la página
91-92.
Pero cuando Adán fue asaltado por el tentador, no pesaba
sobre él ninguno de los efectos del pecado. Gozaba de una plenitud de fuerza y
de virilidad, así como del perfecto vigor de la mente y del cuerpo, estaba
rodeado por las leyes del Edén, y se hallaba en comunión diaria con los seres
celestiales. No sucedió lo mismo con Jesús cuando entró en el desierto para
luchar con Satanás. Durante cuatro mil años la familia humana había estado
perdiendo fuerza física y mental, así como valor moral. Cristo tomó sobre Sí
las flaquezas de la humanidad degenerada. Es una palabra fuerte. Sin embargo lo
dice el Espíritu Santo. Únicamente así podía rescatar al hombre de las
profundidades de su degradación.
Presten atención a esto, dice aquí, que Cristo tomó sobre Sí
las flaquezas de la humanidad degenerada. Muchos dicen que esto se refiere a
las enfermedades, los dolores, la degeneración mental que tenemos. Porque
nosotros no tenemos la memoria que tenía Adán. Ni la capacidad mental que tenía
Adán. Ni siquiera de los antediluvianos. Entonces dicen, Cristo tenía nuestra
inteligencia y tenía nuestro físico. Pero la parte moral, la parte espiritual,
la que nos lleva a vivir una vida victoriosa, o que nos lleva a pecar, en eso
era distinto de nosotros. Sin embargo aquí dice claramente, durante cuatro mil
años la familia humana había estado perdiendo fuerza física y mental. Así como
valor moral. O sea que, la naturaleza que Cristo tomó, era una naturaleza que
en su parte física, mental y moral o espiritual, era como la nuestra.
Cristo tomó nuestra naturaleza pecaminosa. No lo digo yo. Lo
dice el Comentario Bíblico Adventista,
Tomo 7-A, página 450. Esto es un comentario, que lo escribió la pluma
inspirada de Ellen White. En Él, en Cristo, no había ni engaño ni pecado.
Siempre fue puro e incontaminado. Y sin embargo tomó sobre Sí nuestra
naturaleza pecaminosa. Pienso que esto es suficiente. Pero no es todo.
Un profesor, doctor en Teología, leyó todos los escritos del
Espíritu de Profecía en inglés. Los invito a ustedes a que lo hagan. ¿Sabe
cuánto tiempo estuvo? Más de dos años. Él estaba jubilado. Lo único que hizo
esos dos años, fue leer todos los libros del Espíritu de Profecía. Y él
encontró 400 citas del Espíritu de Profecía que hablan acerca de la naturaleza
de Cristo. Y las publicó en un libro. También él encontró 800 referencias
acerca de la naturaleza de Cristo, en escritos de pioneros de escritores
adventistas antes del año 1956, y en ninguna de estas encontró ninguna
referencia que dijera que Cristo tomó la naturaleza de Adán antes de pecar.
Más que esto, él dijo, que si alguno encontraba tal cita, se
le ofrecería mil dólares. Bueno, quizás se pueden ganar mil dólares hermanos,
porque ya han pasado diez años y hasta ahora no la han encontrado. Pero les
puedo asegurar que esa cita, si no la fabrican, no existe.
Esto se llama la doctrina evangélica Calvinista. De que
vamos a seguir pecando hasta que Cristo venga. De que Cristo tenía una
naturaleza distinta a la nuestra y de que no podemos vencer el pecado. Ni la
Biblia ni el Espíritu de Profecía fundamentan esta doctrina. ¿Esta doctrina se
originó saben dónde? ¿Sabe alguno dónde se originó? En el año 300 o 400 de
nuestra era, hubo un monje que se llamaba Agustín. Un monje Católico,
desarrolló esta doctrina, que luego se popularizó en la Iglesia Católica. De la
Iglesia Católica, los Reformadores, antes de conocer toda la verdad, tomaron
esa doctrina y Calvino, un Reformador francés, que fue un muy buen hombre, un
cristiano, sin embargo tenía esta doctrina equivocada.
Muy bien, por eso hermano, acuérdate del Dr. Andreasen; él
nunca dijo que la iglesia era Babilonia, nunca dijo que hay que salirse de la
iglesia. Pero a él le sacaron sus credenciales, y si a ti te pasa lo mismo, no
te preocupes, porque las credenciales divinas únicamente te las puede sacar
¿quién? El pecado. Dios no te la va a sacar. El pecado. Si
tu entras en pecado, te la van a sacar. Y lo que importa, no es que tengas el
nombre en el libro de la iglesia, esto es bien importante, no es para dejarlo
de lado y decir que me borren, no. Tenemos que ser miembros de iglesia, pero si
nos borran, asegurémonos que tenemos nuestros nombres escritos en el libro de
la vida.
Diez días después de morir el Pr. Andreasen,
le devolvieron las credenciales. ¿Qué
le parece? Post Mortem. Después de muerto. Porque se dieron cuenta que había
creado un error.
Ahora, ¿por qué es importante esto? ¿Qué tiene que ver con
la reforma pro-salud? ¿Tiene algo que ver? Primero de todo, la creencia
incorrecta con respecto a la naturaleza de Cristo, ha llevado a la creencia de
que no podemos vencer el pecado, que vamos a seguir pecando hasta que Cristo
venga, entonces Él nos va a cambiar la naturaleza y no vamos a pecar más. Es
verdad que Cristo nos va a cambiar la naturaleza y no vamos a pecar más, pero
aquellos que se salven van a dejar de pecar antes que venga Cristo. Porque
cuando Cristo sale del santuario, no hay más intercesión y no hay más perdón
para el pecado.
Así que aquellos que sean sellados, no van a pecar más. No
por su propia fuerza, sino porque han sido sellados, porque se han entregado
totalmente a Cristo, tienen una comunión con Cristo y Cristo les da fuerza, por
medio del Espíritu Santo, para vencer todo pecado.
ATT: Dr. Juan Carlos Canale
Charla pronunciada en Estados Unidos.
El Dr.Juan Carlos Canale es Argentino.
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