Por consiguiente, hermanos, os ruego por
las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a
Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a
este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que
verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
Durante
dos semanas hemos estado definiendo el don de la profecía y defendiendo
su relevancia en la actualidad. El domingo pasado, por la noche, dijimos que el
don de la profecía era muy diferente a la palabra verbal inspirada de los
apóstoles y profetas que escribieron la Biblia. La profecía está basada en la
revelación espontánea del Espíritu Santo, pero es falible y necesita ser
examinada porque nuestra percepción de la revelación, nuestra forma de razonar,
y nuestra inspiración, son falibles. La Biblia enseña que las propias palabras
de las Escrituras son inspiradas (2da de Timoteo 3:16). Pero aún así, el don
espiritual de la profecía es diferente a la inspiración de las Escrituras. La
profecía no garantiza que la información de la revelación de Dios será
infalible. Más bien, la Biblia nos enseña que debemos examinar estas profecías
y mantenernos fieles a todo lo bueno. De hecho, nos enseña que de esas
oportunas palabras ha de esperarse mucho bien (mucha edificación) en la
congregación.
EL PELIGRO DE SOBREESTIMAR EL ROL DE LA PROFECÍA
Ahora
bien, lo que trato de mostrar en el día de hoy, es que Dios no ha destinado el
don de la profecía como la manera usual de guiarnos para tomar decisiones con
respecto su voluntad divina. Pienso que es necesario hacer esta aclaración,
porque el descubrimiento de una nueva verdad espiritual casi siempre nos
hace sobrevalorar su papel en la vida cristiana. Pienso que este hecho (de
sobrevalorar el papel de una nueva verdad espiritual en la vida cristiana) es
fundamentalmente cierto en el caso de la profecía. Si realmente Dios nos
hablara hoy (o sea, si comenzáramos a sentirlo audiblemente), entonces, de
seguro por esta vía conoceríamos cuál es su voluntad en cuanto a los oficios,
parejas, inversiones, compras, y planes de viaje. Y muy pronto comenzaríamos a
abandonar el lenguaje de la sabiduría, de la comprensión, de la razón, de la
persuasión, y en su lugar, para casi todo, diríamos: «Dios me dijo que hiciera
esto», y «Dios me dijo que hiciera aquello».
Por
tanto, lo primero que quiero hacer mediante algunos ejemplos, es mostrarles que
el propio Pablo, quien tanto creía en el don de la profecía, no vivió su propia
vida guiándose por constantes mensajes del Señor, ni animó a otros a que lo
hicieran.
LA LÓGICA QUE PABLO USÓ PARA TOMAR LAS DECISIONES DE
LA VIDA
Por ejemplo, en Filipenses 2:25, Pablo dijo: “[…] creí
necesario enviaros a Epafrodito”. La palabra “creí” aquí significa consideré. O sea: «He considerado necesario enviarles a
Epafrodito». Pablo no tuvo una revelación del Señor. Él consideró el asunto, de acuerdo a las necesidades
de las circunstancias y a los principios de las Escrituras, y tomó su decisión
estando consciente de que la misma era agradable al Señor.
Otro
ejemplo lo tenemos en 1ra a los Corintios 16:4, donde el apóstol describe su
plan de esta manera: “Y si es conveniente que yo también vaya, irán conmigo”.
La palabra “conveniente” significa «apropiado» o «importante». Pablo está
cuestionando la conveniencia de esa decisión. Él hace una previsión guiándose,
no por una revelación profética en este caso, sino por una sobria evaluación de
lo que es apropiado e importante, teniendo en cuenta la situación y lo que él
conoce de Dios.
De esta misma forma, Pablo aconseja a otras personas.
Los corintios estaban involucrados en una disputa entre algunos miembros, pero
Pablo no les aconseja que pidieran una profecía; él les dice: “¿Acaso no hay entre vosotros algún hombre sabio que
pueda juzgar entre sus hermanos?” (1ra a los Corintios 6:5). Él espera que la
sabiduría espiritual sea utilizada en el curso natural de la vida para decidir
sobre las cuestiones que puedan surgir.
De
modo que estamos siendo advertidos para que no llevemos nuestro entusiasmo por
la profecía, más allá de los límites. La profecía no está concebida para
convertirse en nuestra forma usual de tomar los cientos de decisiones que
debemos tomar cada día.
¿POR QUÉ DIOS DISPONE LAS COSAS DE ESTA MANERA?
¿Por
qué pienso que es así? Pienso que la razón básica es esta: si vivimos nuestras
vidas basándonos, no en la sabiduría espiritual sino en las revelaciones
externas, no estaremos obligados a lidiar tan profundamente con la corrupción
de nuestros propios corazones y mentes.
Es posible que un siervo escuche las
órdenes de su amo y que las cumpla sin sentir un amor verdadero por su amo, o
sin querer parecerse a él. Pero si el amo deja de decirle al siervo los
detalles de lo que el quiere que se haga, y simplemente le dice: «Ve, y
compórtate como un buen representante mío en lo que tu decidas», entonces el
siervo estará forzado a considerar cómo es en realidad su amo, y cuán
profundamente su propio corazón y su mente concuerdan con los de su amo.
Dios
quiere que seamos conformes a la imagen de su hijo Jesucristo (Romanos 8:29),
no solo que obedezcamos externamente sus instrucciones. Dios quiere que veamos
de la manera que él ve, que deseemos lo mismo que él desea, que valoremos de la
manera él valora, y que nos disguste lo mismo que le disgusta a él. Y así,
cuando Dios nos llama a hacer su voluntad, no interrumpe toda esta
transformación interna necesaria para asemejarnos a Cristo.
TRES ASPECTOS CRUCIALES AL CONFIRMAR LA VOLUNTAD DE
DIOS
Esta
voluntad de Dios podemos verla más claramente en Romanos 12:2. Pablo da un gran
giro al cambiar de los asuntos altamente teológicos de los capítulos 9-11, a
las consideraciones prácticas de los capítulos 12-15; y dice justamente al
inicio, que la forma básica de cumplir la voluntad de Dios, es tener la
habilidad mental necesaria para discernir cuál es la voluntad de Dios ( “no os
adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra
mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno,
aceptable y perfecto”.
Este
versículo (Romanos 12:2) nos explica, al menos, tres pasos muy importantes para
poder confirmar cuál es la voluntad de Dios.
Primero: Nos muestra que la voluntad de Dios tiene que
ser verificada, o sea, debe examinarse, probarse, y
reconocerse. “Para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios […]”
Segundo:
Nos enseña que este examen, verificación y aceptación es realizado por la mente
cristiana: “transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que
verifiquéis […]” Es la mente del cristiano la que verifica cuál es la voluntad
de Dios.
Tercero: Nos muestra que para que tenga
lugar esta verificación, la mente tiene que ser renovada. “transformaos
mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis […]” El
razonamiento ordinario de los seres humanos no será capaz de examinar,
verificar, ni reconocer cuál es la buena, aceptable y perfecta voluntad de
Dios.
De
modo que podemos ver (¿cierto?), por qué Dios no haría de la profecía la manera
usual de descubrir cuál es su voluntad. De hacerlo, estaría minimizando, o
hasta evadiendo, esta transformación y renovación de nuestras mentes, que es
totalmente necesaria y crucial. Dios no quiere la mera obediencia externa a una
serie de reglas, o incluso, a una serie de profecías. Dios quiere personas que
sean muy, pero muy diferentes al mundo en cuanto a la clase de mente que
posean. Dios quiere que tengamos mentes que razonen como la suya, que vean como
la suya, y que sientan como la suya, a fin de que podamos tomar las decisiones
que el tomaría. Por lo tanto, no nos está diciendo que dejemos el pensamiento
atrás, y escuchemos los mensajes. Dios nos pide que cambiemos, que seamos
transformados, que ocurra una metamorfosis en nuestra manera de pensar. Él nos
dice: “transformaos mediante la renovación de vuestra mente”.
¿CÓMO PODEMOS SER TRANSFORMADOS EN NUESTRAS MENTES?
¿Cómo,
pues, ocurrirá en nosotros esta clase de transformación? ¿Cómo podemos renovar
nuestras mentes, a fin de que ya no pensemos igual al mundo, sino que seamos
capaces de pensar como Dios acerca del bien y del mal; de lo provechoso y lo
perjudicial; de lo bonito y lo feo; de lo verdadero y lo falso? Permítanme
señalarles cinco pasos bíblicos para lograrlo.
1. Reconoce Tu Necesidad de Renovación
Reconocer
que necesitamos una rofunda renovación de nuestra mente.
Efesios
4:17-18 describe nuestra condición sin esta renovación: “Esto digo, pues, y
afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los
gentiles, en la vanidad de su mente, 18 entenebrecidos en su entendimiento,
excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por
la dureza de su corazón”.
La
razón por la que digo que necesitamos una profunda renovación de nuestra mente,
es porque la raíz de nuestra vana forma de pensar, se extiende hasta lo más
profundo de nuestro duro corazón. Si seguimos el razonamiento de Pablo de
manera inversa, o sea, comenzando desde la raíz del corazón endurecido hasta el
terrible fruto de la vanidad, el análisis quedaría así: el endurecimiento del
corazón da origen a una ignorancia merecida, que a su vez da lugar a una
separación de Dios, la cual conlleva a un profundo oscurecimiento del
entendimiento, que trae como resultado final un increíble uso de la mente
humana al servicio de la vanidad. Cuando el corazón está apartado del amor de
Dios, la mente no conoce su función. La mente tropieza como un genio en la
oscuridad, cerca de un precipicio de destrucción. ¿Pudiéramos imaginar un hecho
más trágico y penosamente irónico que miles de hombres y mujeres brillantes e
intelectuales, escuchando la sentencia final: «Sus pensamientos fueron vanos;
nunca los conocí»?
Entonces,
el primer paso para alcanzar la renovación de nuestras mentes, es reconocer que
necesitamos una profunda renovación del corazón y de la mente.
2. Depende del Espíritu Santo
Depender
del Espíritu Santo paratener una menter enovada que apruebe la voluntad de
Dios.
Pablo
dice en Tito 3:5: “El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de
la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo”. El agente renovador es
el Espíritu Santo. No podemos renovarnos a nosotros mismos. La renovación
es una obra divina sobrenatural realizada por el Espíritu de Dios. Es
justamente tan maravillosa como lo es la revelación del Espíritu en el don de
la profecía. Y es más maravillosa que la profecía, porque Satanás puede copiar
la profecía (en la adivinación y la hechicería) pero no puede copiar la
renovación de la mente en la justicia y la santidad. La tarea principal del
Espíritu Santo no es darnos profecías acerca de la voluntad de Dios, sino
convertirnos en personas nuevas y santas que conozcan y amen la voluntad de
Dios.
Así
que el segundo paso para la renovación de nuestra mente es depender del
Espíritu Santo; descansar humildemente en él y no en nosotros mismos.
3. Ora por Entendimiento Espiritual
Rogar al Espíritu Santo que nos
dé entendimientoe spiritual a fin de poder discernir cuál es la voluntad
de Dios.
Sabemos
que Pablo hizo del entendimiento, uno de los temas de mayor importancia para
sus iglesias, porque es justamente lo que pide para ellas una y otra vez. Por
ejemplo, en Filipenses 1:9-10 dice: “Y esto pido en oración: que vuestro amor
abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento, a fin
de que escojáis lo mejor, para que seáis puros e irreprensibles para el día de
Cristo”. La abundancia del amor, con conocimiento y entendimiento, es producto
de la renovación de la mente, que puede examinar, verificar y aceptar las
excelencias del Señor. Y Pablo busca esta renovación mediante la oración.
En Colosenses 1: 9 tenemos otro ejemplo: “[…] no hemos
cesado de orar por vosotros y de rogar que seáis llenos del conocimiento de su
voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual”. ¿Queremos ser saturados
del conocimiento de la voluntad de Dios? Sí, ¡es el deseo de nuestro corazón!
Entonces (según Pablo) necesitamos sabiduría y comprensión espiritual; o sea,
necesitamos ser renovados en el espíritu de nuestras mentes (Efesios
4:23). Y eso es lo que Pablo pide, “sin cesar”, en sus oraciones
(“no hemos cesado de orar por vosotros”).
Entonces,
el tercer paso para alcanzar una mente renovada, es orar por ella.
Debemos pedirla, buscarla, Debemos tocar a la puerta. “[…] ¿cuánto más
vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas
11:13).
4. Enfócate en la Gloria de Dios
Enfocar
nuestra atención en la gloria de Dios
Para
comprender este paso de una forma más clara, vayamos a 2da a los
Corintios 3:18, “Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando
como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma
imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu”. Contemplando
la gloria del Señor, somos transformados; nos transformamos en aquello que
contemplamos; vivimos como aquello que más contemplamos.
Consideremos
2da a los Corintios 4:16-18, “Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque
nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se
renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un
eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista
en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven
son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
La
renovación diaria del hombre interior (de la persona que verifica cuál es la
voluntad de Dios) no viene de observar al mundo con toda su gloria fugaz;
sino, de observar las grandezas ocultas de la eternidad, las cuales
resplandecen mediante la gloria de Dios.
CONCLUSIÓN
Entonces,
para resumir, vuelvo a hacer la misma afirmación: El don de la profecía, el
cual es precioso y edificador, no está destinado a ser la manera usual de
conocer la voluntad de Dios. Más bien, la manera usual de conocer la voluntad
de Dios es probar (examinar, verificar, y aceptar) la voluntad de Dios mediante
una mente renovada. Ahora, les pregunto:
1.¿Pueden ver cuán profundamente necesitan
que sus mentes sean renovadas?
2.¿Confían en la obra del Espíritu Santo?
3.¿Oran sin cesar, para que se les conceda
sabiduría espiritual y entendimiento?
4.¿Contemplan constantemente la gloria de
Dios en todo lo que es eterno (en el rostro de Jesucristo, en la Biblia)? En
este mundo, la única manera de transformarnos en personas semejantes a Cristo,
es contemplando a Cristo en el mundo.
“¡Cuán
bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se
detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los
escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley
medita de día y de noche!” (Proverbios 4:14).
¿Realmente
lo hacemos? ¿Lo hacemos día y noche? Aquí tenemos la única manera de
conocer la voluntad de Dios: Llegando a ser aquello que contemplamos.
Hoy
quiero hacer el honor de dedicarle este artículo a la televisión. Ya que hoy en
día se ha convertido en nuestra profeta y
básicamente en nuestra educación(así nos va).
La televisión hoy en día
es la que dicta las cosas y el curso de nuestras vidas, la que dice cómo se
tienen que hacer las cosas o cómo no se tienen que hacer, qué está bien o qué
está mal, cual es la moda que toca llevar o a quién hay que seguir.
A través de la televisión nos quitan la libertad, tanto física como
mental, nos lavan el cerebro y nos programan mentalmente para seguir un sistema
del cual es prácticamente imposible salir, eso crea el altísimo nivel de
borreguismo que hay actualmente.
Digo
que nos quitan la libertad porque nos hacen ser a todos iguales. Para lo único
que crean diferencias es para enfrentarnos y para odiarnos, como por ejemplo a
través del fútbol,
la política, la religión, etc.
Si te fijas, todos los
días salen los mismos temas pero contados de diferente forma, siempre es la
misma historia pero contada desde otra perspectiva.
De la única manera que una
persona se puede definir como persona libre es, primeramente, siendo libre mentalmentey
segundo respetando y aplicando la libertad de expresión,
lo que ocurre es que la segunda sin la primera no tiene sentido ninguno, es
más, queda anulada totalmente.
Por tanto, la televisión
hoy en día se encarga de eso, nos ofrecen libertad de expresión pero a cambio
nuestra mente está encarcela.
Hoy en día es imposible
tener una mente totalmente libre, puesto que todos tenemos algún prejuicio.
¿Piensas que no? te digo yo uno:
Vas a un hotel de 4
estrellas y te encuentras como recepcionista a un chic@ con una cresta roja y
pendientes. Seguro que la mayoría lo juzgaría de tal o de cual, sin saber quién
es, por lo tanto, tenemos prejuicios contra esa persona.
Esto es tan sólo un
ejemplo de los miles que hay y que a diario se observan, es más, la telebasura
se centra prácticamente en ese estilo, de ahí los programas del corazón, prensa
rosa, cotilleos futboleros (que ahora está muy de moda) etc…
Luego nos ponen a
diferentes ídolos como los futbolistas, políticos, actores y famosos en
general, que el cometido que tienen es el de aplicar modas y fomentar esos
prejuicios, ya que si no estás en la onda no eres de este planeta y te mirarán
como a un bicho raro.
Y una cosa trae a la otra,
puesto que del borreguismo
pasamos alfanatismo y aquí es cuando la
cosa se pone más seria.
Cuando la gente se pelea o
se mata por defender los colores de su equipo, cuando el mundo se divide por
culpa de la religión creándose guerras en nombre de un tal dios, cuando miles
de personas se conglomeran para hacerse una foto con un o una cantante (parece
que no saben que es una persona igual que ellos), en fin… que ejemplos hay para
aburrir, pero todo forma parte del circo de la televisión
Y así nos va, que día tras
día la gente espera que se diga en la tele que ya hemos salido de la crisis
(por poner un ejemplo) Y cuando lo digan, habremos salido, pero no porque la
economía se haya establecido y todas esas cosas, no, (dudo mucho que eso pase)
pasará porque ya está en tu mente y porque lo ha dicho la tele.
Cuando una persona tiene
una idea y la quiere plasmar en la realidad, primero tiene que visualizarla en
su cabeza y darle forma. Luego tendrá que buscar las herramientas que necesita
para llevarla a cabo y ponerse a trabajar.
Creyendo en su idea y con
trabajo duro finalmente conseguirá plasmarla y hacerla real. Pues lo mismo
ocurre con tu vida, visualízala en tu cabeza y busca las herramientas
necesarias para vivir la vida que quieres vivir sin tener que seguir a nadie ni
esperar que nadie te diga cómo lo tienes que hacer.
Cuidado
con lo que contemplamos porque lo mas seguro es que nos ha semejemos a ello,
esto no es de como: “vive y deja vivir”; es todo lo contrario es saber como
vivir y no vivir por vivir la vida se trata es de a donde te dirijes y a donde
vas y eso se lleva acabo solamente mediante las sagradas escrituras no hay
poder en nosotros por el cual digamos mañana voy a vivir o hoy dejo de existir
solo JesusCristo sabe cuando será nuestro dia y nuestra hora. Por tanto debemos
estar mas pendientes de lo que vemos y decimos o escuchamos.
Dejamos
los siguientes versículos para afirmar ya lo antes leído:
Así que
tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios,
aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.
Independiente de los
diversos factores que puedan afectar en diferentes realidades los diferentes
comportamientos, me gustaría resaltar uno, que sin lugar a dudas, actúa siempre
sobre nuestra mente, y consecuentemente sobre nuestros actos y nuestro ser: la
contemplación. “Hay una ley de la naturaleza intelectual y espiritual según la
cual modificamos nuestro ser mediante la contemplación. La inteligencia se
adapta gradualmente a los asuntos en que se ocupa. Se asimila lo que se
acostumbra a amar y a reverenciar (Elena de White, Mente, Carácter y
Personalidad, t. p. 339).
Lo que alimenta nuestra
mente se reflejará en lo que somos. La contemplación ejerce una gran influencia
en los comportamientos buenos y malos. Los niños, desde pequeños, aprenden
mucho sobre cómo actuar solo con observar, y muchos de sus hábitos buenos y
malos se forman sin recibir una palabra de orden. Técnicamente a eso lo
llamamos modelación, ya que el repertorio del comportamiento se desarrolla a
partir de un modelo. Y los más pequeñitos de nuestros comportamientos son
afectados por eso.
¡Piense cuán serio es esto! Vivimos en un
mundo que no ahorra informaciones, imágenes y estímulos musicales, y todo eso
actúa sobre nuestra mente y nuestro ser. Necesitamos ser sabios si deseamos
formar hábitos y carácter libres de influencias dañinas. Suelo ver a mucha
gente subestimar los efectos de la contemplación. Piensan que pueden observar
películas, novelas, oír todo tipo de música, entre tantas otras cosas y no ser
afectados. ¡Cuánta ilusión! Estar libre de esas influencias es tan imposible
como arrojar una moneda hacia arriba en el centro de São Paulo, y esperar que
flote en vez de caer al suelo.
Alguien
que alimenta constantemente la mente con contenidos románticos irreales
construirá castillos de arena y sufrirá grandes desilusiones. Quién habitúa la
mente a escuchar música depresiva está sujeto a convivir constantemente con un
humor depresivo también. Quien permite a los ojos apreciar pornografía y otros
contenidos eróticos tendrá dificultad en cuanto a sus impulsos y pensamientos
sexuales. Somos transformados por la contemplación y nuestra vida será un
reflejo de lo que suele permanecer en nuestra mente.
La Biblia revela que a Dios le
ha placido establecer pactos con los hombres. Ocho de estos
pactos se hallan mencionados en las sagradas páginas y ellos incorporan los
hechos más vitales en la relación que el hombre ha tenido con Dios a través de
toda la historia de la raza humana. Cada pacto representa un propósito divino y
la mayoría de ellos constituyen una absoluta predicción tanto como una promesa
inalterable del cumplimiento de todo lo que Dios ha determinado. Si llevamos
nuestra consideración del tema hasta el tiempo cuando los pactos fueron hechos,
descubrimos que ellos siempre anticiparon el futuro y tenían el propósito de
ser un mensaje de certidumbre para aquellos con quienes el pacto era
establecido. Además de los pactos bíblicos, los teólogos han sugerido tres
pactos teológicos que tienen que ver con la salvación del hombre.
Los pactos atraves de la teologia.
Para definir el eterno propósito de
Dios, los teólogos han sostenido la teoría de que es el propósito central de
Dios el salvar a los elegidos, aquellos escogidos para salvación desde la
eternidad pasada. De acuerdo a ello, consideran la historia primeramente como
la obra exterior para el plan de Dios en cuanto a la salvación. Desarrollando
esta doctrina, ellos han expuesto tres pactos teológicos básicos.
1. Se dice
que con Adán se estableció un pacto de obras.La provisión del
pacto era tal que si Adán obedecía a Dios, él sería guardado seguro en su
estado espiritual y recibiría la vida eterna. Se afirma que este pacto es
sostenido por la advertencia concerniente al árbol del conocimiento del bien y
del mal, «porque el día que de él comieres, morirás» (Gn. 2:17). Se
deduce que si él no hubiera comido del árbol, no hubiese muerto y, como los
santos ángeles, hubiese sido confirmado en su estado santo. Este pacto está
basado casi totalmente en la deducción y no es llamado un pacto en la
Biblia, y por esta razón es rechazado por muchos estudiosos de la
Escritura por tener poca base.
2. Otro
pacto sugerido es el pacto de la redención, en el cual se insinúa la enseñanza
de que fue establecido un pacto entre Dios el Padre y Dios el Hijo en relación
a la salvación del hombre en la eternidad pasada.En este pacto el
Hijo de Dios se comprometió en proveer la redención para la salvación de aquellos
que creyeran, y Dios prometió aceptar su sacrificio.
Este pacto tiene más sostenimiento
en las Escrituras que el pacto de obras en que la Biblia declara
claramente que el plan de Dios para la salvación es eterno, y que en aquel plan
Cristo tenía que morir como un sacrificio por el pecado y Dios tenía que
aceptar aquel sacrificio como una base suficiente para salvar a aquellos que
creyeran en Cristo. De acuerdo a Efesios 1:4: «Según nos escogió en él antes
de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.»
También en referencia a nuestra posición en Cristo, se declara en Efesios 1:11:
«En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.»
De estas y de otras Escrituras está
claro que el propósito de DIOS para la salvación es eterno. Se sugiere que un
pacto formal fue acordado entre Dios el Padre y Dios el Hijo del hecho de que
el propósito de Dios es también una promesa.
3. Aun otra
tentativa es el contemplar el eterno propósito de Dios en la salvación como un
pacto de gracia. En este punto de vista Cristo es contemplado como
el Mediador del pacto y el representante de aquellos quienes ponen su confianza
en Él. Los individuos encuentran las condiciones de este pacto cuando colocan
su fe en Jesucristo como Salvador. Aunque este pacto es también una deducción
del plan eterno de salvación, tiende a enfatizar el carácter de gracia de la
salvación de Dios. El pacto de la redención y el pacto de gracia, en
consecuencia, tienen algunas bases escriturales y son más aceptables para la
mayoría de los estudiosos de la Biblia que el concepto del pacto de
obras, el cual no tiene base escritural.
Sin embargo, se ha levantado el
problema de que aquellos que son adeptos a estos pactos teológicos siempre
hacen del plan de Dios para la salvación su propósito primordial en la historia
humana. Así ellos tienden a ignorar los particulares sobre el plan de Dios para
Israel, el plan de Dios para la Iglesia y el plan de Dios para la
nación. Mientras que es verdad que el plan de Dios para la salvación es un
aspecto importante de su propósito eterno, no es la totalidad del plan de Dios.
Un punto de vista mejor es que el plan de Dios para la historia es revelar su gloria,
y Él no hace esto solamente salvando a los hombres, sino que también por medio
del cumplimiento de sus propósitos y revelándose a sí mismo a través de sus
tratos con Israel, con la iglesia y con las naciones. De acuerdo a ello, es
preferible contemplar la historia a través de ocho pactos bíblicos, los cuales
revelan los propósitos esenciales de Dios a lo largo de la historia de la
Humanidad y que incluye el plan de Dios para la salvación. Aquellos que
enfatizan los pactos teológicos son llamados a menudo «teólogos de los
pactos», mientras que, por el contrario, aquellos que enfatizan los pactos
bíblicos son llamados «dispensacionalistas», porque los pactos bíblicos
revelan las distinciones en las varias etapas en la historia humana, las cuales
están manifiestas en las dispensaciones.
B. Los pactos
bíblicos.
Los pactos de Dios contenidos
en la Biblia se clasifican en dos clases, aquellos que son
condicionales y los que son incondicionales. Un pacto condicional es uno en el
cual la acción de Dios es en respuesta a alguna acción de parte de aquellos a
quienes va dirigido el pacto. Un pacto condicional garantiza que Dios hará su
parte con absoluta certeza cuando se satisfacen los requisitos humanos, pero si
el hombre fracasa, Dios no está obligado a cumplir su pacto.
Unpacto incondicional,
mientras que puede incluir ciertas contingencias humanas, es una declaración de
cierto propósito de Dios, y las promesas de un pacto incondicional serán
ciertamente cumplidas en el tiempo y a la manera de Dios. De los ocho pactos
bíblicos sólo el edénico y el mosaico eran condicionales. Sin embargo, aun bajo
los pactos incondicionales hay un elemento condicional como si se aplicara a
ciertos individuos. Un pacto incondicional se distingue de uno condicional por
el hecho de que su cumplimiento esencial es prometido por Dios y depende del
poder y la soberanía de Dios.
1. El pacto edénico fue el primer pacto que Dios hizo con el
hombrey fue un pacto condicional con Adán en el
cual la vida y bendición o la muerte y la maldición dependían de la fidelidad
de Adán.
Gn.
1:26-31 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra. 2 7Y creó Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y
los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo
Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la
tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30 Y
a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que
se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para
comer. Y fue así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y
he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto
Gn.
2:16-17 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De
todo árbol del huerto podrás comer; 17 más del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.
El pacto edénico incluía el dar a
Adán la responsabilidad de ser el padre de la raza humana, sojuzgar la tierra,
tener dominio sobre los animales, cuidar del huerto y no comer del árbol del
conocimiento del bien y del mal. Por haber fracasado Adán y Eva al comer de la
fruta prohibida, fue impuesta la pena de muerte para la desobediencia. Adán y
Eva murieron espiritualmente de inmediato y necesitaron nacer de nuevo para
poder ser salvos. Más tarde también murieron físicamente. Su pecado hundió a
toda la raza humana en un molde de pecado y muerte.
2.El
pacto adánico fue hecho con el hombre después de la caída.
Este es un pacto incondicional en el
que Dios declara al hombre lo que será su porción en la vida por causa de su
pecado. Aquí no hay lugar para ninguna apelación, ni se implica responsabilidad
alguna de parte del hombre.
Gn.
3:16-19 16 Ala mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con
dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se
enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto
obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo:
No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de
ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de
tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Como un todo, el pacto provee
importantes rasgos, los cuales condicionan la vida humana desde este punto en
adelante. Incluido en este pacto está el hecho de que la serpiente usada por
Satanás es maldita.
Gn. 3:14 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto
esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales
del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Ro. 16:20 20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás
bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
2Co. 11:3,
14 3 Pero temo que como la serpiente con su astucia
engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera
fidelidad a Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz.
Ap. 12:99 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama
diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y
sus ángeles fueron arrojados con él.
Se da la promesa del Redentor, la
cual es luego cumplida en Cristo.
Gn. 3:15 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y
entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar.
Se detalla el lugar de la mujer en
cuanto a estar sujeta a una concepción múltiple, al dolor y la pena en la
maternidad, y en cuanto a la posición del hombre como cabeza.
Gn. 1:26-27 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre
a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
1Co.
11:7-9 7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza,
pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. 8 Porque
el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 9 y
tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del
varón.
Ef.
5:22-25 22 Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de
la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él
es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a
Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos,
amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella,
1Ti.
2:11-14 11 La mujer aprenda en silencio, con toda
sujeción. 12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni
ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13Porque
Adán fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue
engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
El hombre debería, en lo sucesivo,
de ganar el pan con el sudor de su frente.
Gn. 2:15 15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso
en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás.
Gn.
3:17-19 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la
voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de
él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los
días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y
comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres, y al polvo volverás.
La vida del hombre sería dolorosa y
con la muerte por final.
Gn. 3:19 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta
que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al
polvo volverás.
Ef. 2:5 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo
(por gracia sois salvos),
Por un período bastante extenso, el
hombre continúa desde ese punto en adelante viviendo bajo el pacto adámico.
3.El
pacto de Noé fue hecho con Noé y sus hijos. Este pacto,
mientras que repite algunos de los rasgos del pacto adámico, introdujo un nuevo
principio de gobierno humano como un medio de frenar el pecado.
Gn.
9:1-18 1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. 2 El temor
y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave
de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces
del mar; en vuestra mano son entregados. 3 Todo lo que se
mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas
verdes, os lo he dado todo. 4 Pero carne con su vida, que
es su sangre, no comeréis. 5 Porque ciertamente demandaré
la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del
hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. 6 El
que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque
a imagen de Dios es hecho el hombre. 7 Mas vosotros
fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y
multiplicaos en ella.8 Y habló Dios a Noé y a sus
hijos con él, diciendo: 9 He aquí que yo establezco mi
pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; 10 y
con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la
tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo
animal de la tierra. 11 Estableceré mi pacto con vosotros,
y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio
para destruir la tierra. 12 Y dijo Dios: Esta es la señal
del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está
con vosotros, por siglos perpetuos: 13 Miarco
he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14 Y
sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi
arco en las nubes. 15 Y me acordaré del pacto mío, que hay
entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio
de aguas para destruir toda carne. 16 Estará el arco en
las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser
viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17 Dijo,
pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda
carne que está sobre la tierra. 18 Y los hijos de Noé que
salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.
Como el pacto adámico, era
incondicional y revelaba el propósito de Dios para la generación subsiguiente a
Noé. Las provisiones del pacto incluían el establecimiento del principio del
gobierno humano, en el que se instituyó la pena capital para aquellos que
tomaran la vida de otro hombre. Fue reafirmado el orden normal de la Naturaleza.
Gn. 8:22 22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío
y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
Gn. 9:2 2 El temor y el miedo de vosotros estarán sobre
todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se
mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son
entregados.
Y al hombre le fue permitido comer
carne fresca de animales en lugar de vivir solamente de vegetales, como parece
haberlo hecho antes del diluvio.
Gn. 9:3-4 3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las
legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero
carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
El pacto con Noé incluía la profecía
concerniente a los descendientes de sus tres hijos y designaba a Sem como el
único de quien vendría la línea divina que seguiría hasta que el Mesías
viniera.
Gn.
9:25-27 5 y dijo:
Maldito sea
Canaán;
Siervo de
siervos será a sus hermanos.
26 Dijo más:
Bendito por
Jehová mi Dios sea Sem,
Y sea Canaán su
siervo.
27 Engrandezca
Dios a Jafet,
Y habite en las
tiendas de Sem,
Y sea Canaán su siervo.
El dominio de las naciones gentiles
en la historia del mundo está implicado en la profecía concerniente a Jafet.
Así como el pacto adámico introdujo la dispensación de la conciencia, así el
pacto con Noé introdujo la dispensación del gobierno humano.
4.El
pacto abrahámicoes una de las grandes revelaciones de Dios
concernientes a la historia futura, y en él fueron dadas profundas promesas a
lo largo de tres líneas.
Gn.
12:1-4 1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu
tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré
a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas
en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram,
como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco
años cuando salió de Harán.
Gn.
13:14-17 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se
apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el
norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque
toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16 Y
haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el
polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17 Levántate,
ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.
Gn.
15:1-7 1 Después de estas cosas vino la palabra de
Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu
galardón será sobremanera grande. 2Y respondió Abram: Señor
Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa
es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo también Abram: Mira que
no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi
casa. 4 Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te
heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y
lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si
las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6 Y
creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. 7 Y le
dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar
esta tierra.
Gn.
17:1-8 1 Era Abram de edad de noventa y nueve años,
cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante
de mí y sé perfecto. 2 Y pondré mi pacto entre mí y ti, y
te multiplicaré en gran manera. 3 Entonces Abram se postró
sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: 4 He aquí
mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 5 Y
no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te
he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6Y te
multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y
estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus
generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia
después de ti. 8 Y te daré a ti, y a tu descendencia
después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad
perpetua; y seré el Dios de ellos.
Primero de todo, fueron dadas
promesas a Abraham de que él tendría gran descendencia.
Gn. 17:16 16 Y la bendeciré, y también te daré de ella
hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos
vendrán de ella.
Que tendría mucha bendición
personal, que su nombre sería grande y que él personalmente sería
una bendición.
Gn. 13:14-15,
17 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se
apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el
norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque
toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella
y a su ancho; porque a ti la daré.
Gn.
15:6,18 6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por
justicia. 18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram,
diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el
río grande, el río Eufrates;
Gn.
24:34-35 34 Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham. 35 Y
Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado
ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Jn. 8:56 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de
ver mi día; y lo vio, y se gozó.
Gn. 12:22 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición.
Segundo, a través de Abraham fue
hecha la promesa de que emergería una gran nación (Gn. 12:2). En el propósito
de Dios esto tiene referencia primeramente a Israel y a los descendientes de
Jacob, quienes formaron las doce tribus de Israel. A esta nación le fue dada la
promesa de la tierra.
Gn. 12:7 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y
edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.
Gn. 13:15 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y
a tu descendencia para siempre.
Gn.
15:18-21 18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram,
diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el
río grande, el río Eufrates; 19 atierra de los ceneos, los
cenezeos, los cadmoneos, 20 los heteos, los ferezeos, los
refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los
jebuseos.
Gn.
17:7-8 7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu
Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y te daré a ti, y
a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de
Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
Una tercera área principal del pacto
fue la promesa de que por medio de Abraham vendría bendición al mundo entero.
Gn. 12:3 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y
serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Esto tendría su cumplimiento en que
Israel sería el canal especial de la revelación divina de Dios, la fuente de
los profetas quienes revelarían a Dios y proveerían de la Escritura a
los escritores humanos. En forma suprema, la bendición a las naciones sería
provista a través de Jesucristo, quien sería un descendiente de Abraham. Dada
la relación especial de Israel con Dios, Dios pronunció una solemne maldición
sobre aquellos que maldijeran a Israel y una bendición sobre aquellos quienes
bendijeran a Israel (Gn.12:3).
El pacto con Abraham, como el
adámico y el de Noé, es incondicional. Mientras que cualquier generación
particular de Israel podría disfrutar de sus provisiones con sólo ser
obedientes, y podrían, por ejemplo, ser guiados hacia la cautividad si ellos
eran desobedientes, el propósito esencial de Dios para bendecir a Israel, para
revelarse a sí mismo a través de Israel, para proveer redención a través de
Israel y para traerle dentro de la Tierra Prometida es absolutamente
cierto, porque depende del soberano poder y voluntad de Dios, más que del
hombre. A pesar de los muchos fracasos de Israel en el Antiguo Testamento, Dios
se reveló a sí mismo y encauzó la escritura de los textos sagrados, y
finalmente nació Cristo, vivió y murió y se levantó resucitando exactamente
como la Palabra de Dios lo había anticipado. A pesar del fracaso
humano, los propósitos de Dios son ciertos en su cumplimiento.
5.El
pacto mosaico fue dado a través de Moisés para los hijos de Israel mientras que
estaban viajando desde Egipto hacia la Tierra Prometida.
Ex. 20:1 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
Ex. 31:18 18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él
en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con
el dedo de Dios.
En Éxodo, y ampliado en muchas otras
porciones de las Escrituras, Dios le dio a Moisés la ley que era para gobernar
su relación con el pueblo de Israel. Los aproximadamente seiscientos
mandamientos específicos están clasificados en tres divisiones principales:
a)Los
mandamientos, conteniendo la voluntad expresada de Dios.
Ex.
20:1-26 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo
soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de
servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo,
ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No
te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte,
celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente
Jehová al que tomare su nombre en vano.
8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis
días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo
día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo,
ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está
dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová
los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo
santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus
días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso
testimonio.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no
codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni
su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los
relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el
pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron a
Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con
nosotros, para que no muramos. 20 Y Moisés respondió al
pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté
delante de vosotros, para que no pequéis. 21 Entonces el
pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba
Dios. 22 Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de
Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. 23 No
hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24 Altar
de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas
de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la
memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25 Y si
me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares
herramienta sobre él, lo profanarás. 26 No subirás por
gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.
b)Los juicios,
relacionados a la vida social y cívica de Israel.
Ex. 21: 1 1 Estas son las leyes que les propondrás.
Ex. 24:11 11 Más no extendió su mano sobre los príncipes de
los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.
c) Las
ordenanzas.
Ex. 24:12 12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al
monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que
he escrito para enseñarles.
Ex. 31:18 18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él
en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con
el dedo de Dios.
La ley mosaica era un pacto
condicional e incorporaba el principio de que si Israel era obediente, Dios les
bendeciría, pero si Israel era desobediente, Dios les maldeciría y les
disciplinaría. Esto es destacado especialmente en Deuteronomio 28. Aunque ya se
había anticipado que Israel fracasaría, Dios prometió que Él no abandonaría a
su pueblo.
Jer.
30:11 11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice
Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti
no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te
dejaré sin castigo.
El pacto mosaico también fue
temporal y terminaría en la cruz de Cristo. Aunque contenía elementos de
gracia, era básicamente un pacto de obras.
6.El
pacto palestinoera un pacto incondicional en conexión con
la posesión final de la tierra por parte de Israel.
Dt.
30:1-10 1Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti
todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y
te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado
Jehová tu Dios, 2y te convirtieres a Jehová tu Dios, y
obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos,
con todo tu corazón y con toda tu alma, 3entonces Jehová hará
volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de
entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. 4Aun
cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del
cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; 5y
te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será
tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6Y
circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para
que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que
vivas. 7Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre
tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8Y
tú volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus
mandamientos que yo te ordeno hoy. 9Y te hará Jehová tu Dios
abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu
bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse
sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, 10cuando
obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus
estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
Este pacto se ilustra como un pacto
básicamente incondicional y seguro en su cumplimiento; sin embargo, tiene
elementos condicionales para cualquier generación en particular. La promesa
dada a Abraham en Gn. 12:7, y reafirmada luego a través del Antiguo Testamento,
sería que la simiente de Abraham poseería la tierra.
Gn. 12:7 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y
edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.
No obstante, a causa de la
desobediencia y el fracaso, Jacob y sus descendientes vivieron en Egipto
cientos de años antes del Éxodo. Así, manteniendo el propósito de Dios, ellos
volvieron y poseyeron, por lo menos, una porción de la tierra. Más tarde, a
causa de la desobediencia y la negligencia a la ley de Dios, ellos fueron
sometidos a los cautiverios asirio y babilónico. Otra vez en la gracia de Dios,
les fue permitido volver después de setenta años del cautiverio babilónico y
reposeer la tierra hasta que Jerusalén fue destruida en el 70 d.C. Sin embargo,
a pesar de todos los fracasos, a Israel se le promete que volverá a la tierra,
vivirá allí en seguridad y con bendición y nunca será dispersada nuevamente.
Ez. 39:
25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora
volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de
Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. 26 Y
ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí,
cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; 2
7cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus
enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y
sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al
cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a
ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más de ellos mi rostro;
porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el
Señor.
Am.
9:14-15 14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y
edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y
beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15 Pues
los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo
les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.
El retorno presente de Israel a la
tierra es, por lo tanto, altamente significativo porque cumple la primera etapa
del regreso de Israel, necesario para establecer el escenario para el fin de
los tiempos. La vuelta de Israel será completada hasta el último hombre después
de que Jesucristo vuelva y establezca su reino (Ez. 39:25-29). Mientras que
cualquier generación pudiera haber sido sacada fuera de la tierra por su
desobediencia, el propósito final de Dios de traer a su pueblo dentro de su
Tierra Prometida es incondicional y cierto en su cumplimiento.
El pacto palestino, de acuerdo a
ello, incluye la dispersión de Israel por la incredulidad y la desobediencia.
Gn. 15:1313 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto
que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será
oprimida cuatrocientos años.
Dt.
28:63-68 63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en
multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis
arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella. 64Y
Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta
el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres,
al leño y a la piedra. 65Y ni aun entre estas naciones
descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová
corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma; 66y
tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche
y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67Por la mañana
dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que
fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por
lo que verán tus ojos. 68Y Jehová te hará volver a Egipto en
naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis
vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os
compre.
Tiempos de arrepentimiento y
restauración.
Dt. 30:2 2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo
lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
La recolección de Israel.
Dt. 30:3 3 entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y
volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido
Jehová tu Dios.
Jer. 23:8 8 sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de
Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado;
y habitarán en su tierra.
Jer. 30:3 3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los
cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra
que di a sus padres, y la disfrutarán.
Jer. 31:8 8 He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los
fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y
la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá.
Ez.
39:25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora
volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de
Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. 26 Y
ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí,
cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante;27 cuando
los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea
santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y
sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al
cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a
ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más de ellos mi rostro;
porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el
Señor.
Am.
9:9-15 9 Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa
de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en
una criba, y no cae un granito en la tierra. 10 Aespada
morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos
alcanzará el mal. 11 En aquel día yo levantaré el
tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y
lo edificaré como en el tiempo pasado; 12 para que
aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a
todas las naciones, dice Jehová que hace esto. 13 He aquí
vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador
de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos
los collados se derretirán. 14 Y traeré del cautiverio a
mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán;
plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el
fruto de ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y
nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios
tuyo.
Hch.
15:14-17 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera
vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y
con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
16 Después
de esto volveré
Y reedificaré el
tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus
ruinas,
Y lo volveré a
levantar,
17 Para
que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales
es invocado mi nombre,
La restauración de Israel a su
tierra.
Is.
11:11-12 11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que
Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún
quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas
del mar. 12 Y levantará pendón a las naciones, y juntará
los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro
confines de la tierra.
Jer.
23:3-8 3 Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas
de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y
crecerán y se multiplicarán. 4 Y pondré sobre ellas
pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán
menoscabadas, dice Jehová.5 He aquí que vienen
días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey,
el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 6 En
sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con
el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.7 Por
tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová
que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, 8 sino:
Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de
tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y
habitarán en su tierra.
Am.
9:9-15 (citado arriba)
Su conversión espiritual y
restauración nacional.
Os.
2:14-16 14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al
desierto, y hablaré a su corazón. 15 Y le daré sus viñas
desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en
los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de
Egipto. 16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi,
y nunca más me llamarás Baali.
Ro.
11:26-27 26 y luego todo Israel será salvo, como está
escrito:
Vendrá de Sion
el Libertador,
Que apartará de
Jacob la impiedad.
27 Y
este será mi pacto con ellos,
Cuando yo quite sus pecados.
Su seguridad y prosperidad final
como nación y el juicio divino para sus opresores.
Am.
9:11-15 11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído
de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como
en el tiempo pasado; 12 para que aquellos sobre los cuales
es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice
Jehová que hace esto.13 He aquí vienen días, dice
Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que
lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 14 Y
traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades
asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán
huertos, y comerán el fruto de ellos. 15 Pues los plantaré
sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha
dicho Jehová Dios tuyo.
Is.
14:1-2 1 Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y
todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán
extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob. 2 Y los
tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá
por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los
cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.
Jl. 3:1-8 1 Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver
la cautividad de Judá y de Jerusalén, 2 reuniré a todas
las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en
juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas
esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; 3 y
echaron suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron
las niñas por vino para beber.4 Y también, ¿qué
tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todo el territorio de Filistea? ¿Queréis
vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre
vuestra cabeza. 5 Porque habéis llevado mi plata y mi oro,
y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos; 6 y
vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los
griegos, para alejarlos de su tierra. 7 He aquí yo los
levantaré del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra
cabeza; 8 y venderé vuestros hijos y vuestras hijas a los
hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, nación lejana; porque Jehová
ha hablado.
Mt.25:31-46 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria,
y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y
serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los
otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y
pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34Entonces
el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque
tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me
cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces
los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te
vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O
cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a
uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41 Entonces
dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve
hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces también
ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento,
forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45 Entonces
les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno
de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E
irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
7.El
pacto davídicoera un pacto incondicional en el cual Dios
prometió a David un linaje real sin fin, un trono y un reino, todos ellos para
siempre.
2S.
7:4-16 4 Aconteció aquella noche, que vino palabra de
Jehová a Natán, diciendo: 5 Ve y di a mi siervo David: Así
ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more? 6 Ciertamente
no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de
Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo. 7 Y
en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado yo palabra
a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a mi pueblo de
Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedro? 8 Ahora,
pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te
tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi
pueblo, sobre Israel; 9 y he estado contigo en todo cuanto
has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado
nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra. 10 Además,
yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y
nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, 11 desde
el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de
todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. 12 Y
cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después
de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su
reino. 13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré
para siempre el trono de su reino. 14 Yo le seré a él
padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de
hombres, y con azotes de hijos de hombres; 15 pero mi
misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de
delante de ti. 16 Y será afirmada tu casa y tu reino para
siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
1Cr.
17:3-15 3 En aquella misma noche vino palabra de Dios a
Natán, diciendo: 4Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho
Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite. 5Porque no he
habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy;
antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. 6 Por
dondequiera que anduve con todo Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los
jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles:
¿Por qué no me edificáis una casa de cedro? 7 Por tanto,
ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé
del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo
Israel; 8y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he
cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el
nombre de los grandes en la tierra. 9 Asimismo he
dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y
no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, 10y
desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a
todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa. 11Y
cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia
después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 12El
me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente. 13Yo
le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia,
como la quité de aquel que fue antes de ti; 14sino que lo
confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para
siempre. 15Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda
esta visión, así habló Natán a David.
En la declaración de este pacto Jehová
se reserva el derecho de interrumpir el actual reinado de los hijos de David si
era necesario el castigo, pero la perpetuidad del pacto no podía ser
quebrantada.
2S.
7:14-15 14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo.
Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos
de hombres; 15 pero mi misericordia no se apartará de él
como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.
Sal. 89:20-37 20 Hallé a David mi siervo;
Lo ungí con mi
santa unción.
21 Mi
mano estará siempre con él,
Mi brazo también
lo fortalecerá.
22 No
lo sorprenderá el enemigo,
Ni hijo de
iniquidad lo quebrantará;
23 Sino
que quebrantaré delante de él a sus enemigos,
Y heriré a los
que le aborrecen.
24 Mi
verdad y mi misericordia estarán con él,
Y en mi nombre
será exaltado su poder.
25 Asimismo
pondré su mano sobre el mar,
Y sobre los ríos
su diestra.
26 El
me clamará: Mi padre eres tú,
Mi Dios, y la
roca de mi salvación.
27 Yo
también le pondré por primogénito,
El más excelso
de los reyes de la tierra.
28 Para
siempre le conservaré mi misericordia,
Y mi pacto será
firme con él.
29 Pondré
su descendencia para siempre,
Y su trono como
los días de los cielos.
30 Si
dejaren sus hijos mi ley,
Y no anduvieren en mis juicios,
31 Si profanaren mis estatutos,
Y no guardaren
mis mandamientos,
32 Entonces
castigaré con vara su rebelión,
Y con azotes sus
iniquidades.
33 Más
no quitaré de él mi misericordia,
Ni falsearé mi
verdad.
34 No
olvidaré mi pacto,
Ni mudaré lo que
ha salido de mis labios.
35 Una
vez he jurado por mi santidad,
Y no mentiré a
David.
36 Su
descendencia será para siempre,
Y su trono como
el sol delante de mí.
37 Como
la luna será firme para siempre,
Y como un testigo fiel en el cielo.
Como el pacto abrahámico garantizaba
a Israel una identidad eterna como nación.
Jer.
31:36 36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice
Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de
mí eternamente.
Y la posesión eterna de la tierra.
Gn. 13:15 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y
a tu descendencia para siempre.
1Cr. 16:15-18 15 El hace memoria de su pacto perpetuamente,
Y de la palabra
que él mandó para mil generaciones;
16 Del
pacto que concertó con Abraham,
Y de su
juramento a Isaac;
17 El
cual confirmó a Jacob por estatuto,
Y a Israel por
pacto sempiterno,
18 Diciendo:
A ti daré la tierra de Canaán,
Porción de tu heredad.
Sal. 105:9-11 9 La cual concertó con Abraham,
Y de su
juramento a Isaac.
10 La
estableció a Jacob por decreto,
A Israel por
pacto sempiterno,
11 Diciendo:
A ti te daré la tierra de Canaán
Como porción de vuestra heredad.
Así el pacto davídico les
garantizaba un trono eterno y un reino eterno.
Dn. 7:14 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para
que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio
eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Desde el día en que el pacto fue
establecido y confirmado por el juramento de Jehová.
Hch. 2:30 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con
juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne,
levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,
Hasta el nacimiento de Cristo, a
David no le faltó un hijo que se sentase en el trono.
Jer.
33:21 21 podrá también invalidarse mi pacto con mi
siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto
con los levitas y sacerdotes, mis ministros.
Y Cristo el eterno Hijo de Dios e
Hijo de David, siendo el justo heredero de aquel trono y el Único que se
sentaría en aquel trono, completa el cumplimiento de esta promesa hecha a David
de que un hijo se sentaría en este trono para siempre.
Lc.
1:31-33 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a
luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será
grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de
David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin.
El pacto davídico es el más
importante en asegurar el reino milenial, en el cual Cristo reinará sobre la
tierra. David, resucitado, reinará por debajo de Cristo como un príncipe sobre
la casa de Israel.
Jer.
23:5-6 5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que
levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y
hará juicio y justicia en la tierra. 6 En sus días será
salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le
llamarán: Jehová, justicia nuestra.
Ez.
34:23-24 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las
apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24 Yo
Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo
Jehová he hablado.
Ez. 37:24 24 Misiervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y
andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra.
El pacto davídico no es cumplido por
Cristo reinando en su trono en los cielos, puesto que David nunca se ha sentado
ni se sentará en el trono del Padre. Es más bien un reino terrenal y un trono
terrenal. El pacto davídico es, por consiguiente, la clave del programa profético
de Dios que aún está por cumplirse.
Mt. 25:
31 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria,
y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
8.El
nuevo pacto, profetizado en el Antiguo Testamento y que tendrá su cumplimiento
primario en el reino milenial, es también un pacto incondicional.
Jer.
31:31-33 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los
cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No
como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de
la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido
para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré
con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su
mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me
serán por pueblo.
Como lo describe Jeremías, es un
pacto hecho «con la casa de Israel y con la casa de Judá» (v. 31). Es un
nuevo pacto en contraste con el pacto mosaico, el cual fue roto por Israel (v.
32).
En el pacto Dios promete: «Después de aquellos días, dice Jehová:
Daré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré; y seré yo a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo» (v. 33). A causa de esta
íntima y personal revelación de Dios, y su voluntad para con su gente, continúa
en Jeremías 31:34 para declarar: «y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová: porque todos me conocerán,
desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.»
Este pasaje anticipa las
circunstancias ideales del reino milenial donde Cristo reinará, y todos
conocerán los hechos acerca de Jesucristo. De acuerdo a ello, no será necesario
para una persona evangelizar a su vecino, porque los hechos acerca del Señor
serán universalmente conocidos. También será un período en el cual Dios
perdonará el pecado de Israel y les bendecirá abundantemente. Debería estar
claro, dada esta descripción de la promesa del pacto como se da en Jeremías,
que esto no se está cumpliendo hoy día, puesto que la iglesia ha sido instruida
para ir por todo el mundo y predicar el evangelio a causa de que hay una casi
universal ignorancia de la verdad.
Sin embargo, dado que el Nuevo
Testamento también relaciona a la Iglesia con un nuevo pacto, algunos
han enseñado que la iglesia cumple el pacto dado a Israel. Aquellos quienes no
creen en un futuro reino milenial y en una restauración de Israel, por tanto
encuentran el completo cumplimiento ahora en la iglesia, espiritualizando las
provisiones del pacto y haciendo de Israel y de la Iglesia una misma
cosa. Otros que reconocen la restauración futura de Israel y el reino milenial
consideran que el Nuevo Testamento se refiere al nuevo pacto tanto como para
ser una aplicación de las verdades generales del pacto futuro con Israel a la
iglesia, o para distinguir dos nuevos pactos (uno para Israel como está dado en
Jeremías, y el segundo, un nuevo pacto dado a través de Jesucristo en la era
presente de gracia proveyendo salvación para la iglesia). Actualmente el nuevo
pacto, ya sea para Israel o para la iglesia, se desprende de la muerte de
Cristo y de su derramamiento de sangre.
El nuevo pacto garantiza todo lo que
Dios se propone hacer para los hombres en el terreno de la sangre de su Hijo.
Esto puede verse en dos aspectos:
a)Que Él salvará,
preservará y presentará en la gloria, conformados a la imagen del Hijo
Unigénito, a todos los que creen en el Señor Jesús. El hecho de que sea
necesario creer en Cristo para ser salvo, no es una condición en este pacto. El
acto de creer no es una parte del pacto, sino más bien la base sobre la cual el
creyente es admitido para disfrutar de las bendiciones eternas que el pacto
ofrece. El pacto no es hecho con los no redimidos, sino con los que creen, y
promete que en favor de ellos estará la fidelidad de Dios. «El que comenzó
en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo»
(Fil. 1:6), y toda otra promesa semejante a ésta, relacionada con el poder que
Dios manifiesta en la salvación y preservación de los suyos, es parte de este
pacto de gracia.
En la presente edad no se tiene en
vista para el hombre una salvación que no garantice una perfecta preservación aquí
en el mundo, y una presentación final allá en la gloria, de todos los que son
salvos por la sangre de Cristo Jesús. Es posible que haya en la vida diaria del
hijo de Dios algún impedimento para su comunión con el Padre; y como aconteció
en el caso de David, el pecado del cristiano puede hacer que Dios levante su
mano para castigo del hijo desobediente; pero estos asuntos que son propios de
la experiencia cotidiana del creyente, no llegan nunca a ser determinantespara
el cumplimiento de la promesa de Dios en lo que se refiere a la eterna
salvación de los que Él ha recibido en su gracia.
Hay quienes recalcan la importancia
y el poder de la voluntad humana, y declaran enfáticamente que la salvación y
preservación deben tener como condición la libre cooperación de la voluntad
humana. Esto puede ser razonable para la mente del hombre, pero no está de
acuerdo con la revelación que Dios nos ha dado en las Escrituras.
En cada caso Dios ha declarado
incondicionalmentelo que Él hará en favor de todos aquellos que
confían en Él.
Jn. 5:24 24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,
mas ha pasado de muerte a vida.
Jn. 6:37 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al
que a mí viene, no le echo fuera.
Jn. 10:28 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán
jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Esta es en verdad una empresa enorme
que necesariamente tiene que incluir el dominio absoluto aun de los
pensamientos e intentos del corazón humano; pero, por así decirlo, esto no es
más irrazonable que el hecho de declarar a Noé que su descendencia seguiría los
caminos que Dios había decretado, o que el de prometer a Abraham que él sería
el progenitor de una nación grande y que de su simiente nacería el Cristo.
En cada uno de estos casos tenemos
la manifestación de la autoridad y del poder soberano del Creador. Es vidente
que Dios ha dejado lugar para el libre ejercicio de la voluntad humana. Él
ayuda a la voluntad de los hombres, y los ya salvos son conscientes de que
tanto su salvación como su servicio están en completa armonía con la elección
que ellos mismos han hecho en lo más profundo de su ser. Se nos dice que Dios
gobierna la voluntad del hombre.
Jn. 6:44 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me
envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Fil. 2:13 13 porque Dios es el que en vosotros produce así
el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Pero al mismo tiempo vemos que Él
apela a la voluntad humana y hace que en cierto sentido dependa de ella el
disfrute de su divina bendición.
Jn. 5:40 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
Jn. 7:17 17 El que quiera hacer la voluntad de Dios,
conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
Ro. 12:1 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional.
1Jn. 1:9 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Las Escrituras hablan en forma
incuestionable y enfática de la soberanía de Dios. Él ha predestinado
perfectamente lo que vendrá, y su determinado propósito tendrá que realizarse;
porque es imposible que Él sea sorprendido o sufra alguna desilusión. De igual
manera, las Escrituras enfatizan que entre estos dos grandes aspectos de la
soberanía divina -el propósito eterno y la perfecta realización del mismo- Él
ha permitido suficiente lugar para cierto ejercicio de la voluntad humana. Y al
actuar de esta forma no está poniendo en peligro, de ninguna manera, los fines
que Él se ha propuesto alcanzar. El tener sólo uno de los dos aspectos de esta
verdad puede guiarnos o bien al fatalismo, en el cual no hay lugar para pedir
en oración ni motivo alguno para buscar el amor de Dios, ni base para la
condenación de los pecadores, ni fundamento para la invitación del Evangelio,
ni significado para gran parte de las Escrituras, o bien a la pretensión de
querer desalojar a Dios de su trono. Es razonable creer que la voluntad humana
está bajo el dominio de Dios; pero sería lo más irrazonable creer que la
soberanía de Dios está bajo el dominio de la voluntad humana. Los que creen son
salvos y seguros para siempre, porque así está determinado en el pacto
incondicional de Dios.
b)La salvación
futura de Israel es prometida en el nuevo pacto incondicional.
Is. 27:9 9 De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será
todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando haga todas las piedras del
altar como piedras de cal desmenuzadas, y no se levanten los símbolos de Asera
ni las imágenes del sol.
Ez. 37:23 23 Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con
sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus
rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo
a ellos por Dios.
Ro.
11:26-27 26 y luego todo Israel será salvo, como está
escrito:
Vendrá de Sion
el Libertador,
Que apartará de
Jacob la impiedad.
27 Y
este será mi pacto con ellos,
Cuando yo quite sus pecados.
Esta salvación se efectuará sobre la
base única de la sangre que Cristo derramó en la cruz. Por medio del sacrificio
de su Hijo, Dios es tan libre para salvar a una nación como lo es para salvar a
un individuo. Israel es representado por Cristo como un tesoro escondido en el
campo.
El campo es el mundo. Y creemos fielmente que fue Cristo quien vendió
todo lo que Él tenía, a fin de poder comprar el campo y poseer así el tesoro
que allí estaba oculto.
Mt. 13:44 44 Además, el reino de los cielos es semejante a
un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de
nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
En la consideración de estos ocho
grandes pactos nunca podrá decirse que se está dando demasiado énfasis a la
soberanía de Dios en relación con los pactos incondicionales,o al
absoluto fracaso humano en lo que toca a los pactos condicionales.Y
podemos estar seguros de que todo lo que Dios se ha comprometido a hacer incondicionalmente. Él
lo hará con toda la perfección de su infinito Ser.