jueves, 30 de marzo de 2017

Tiempo de Creer

La apostasía prepara el camino, 6 de junio (Maranatha: ¡El Señor viene!, pg. 163)

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. 2 Tesalonicenses 2:3.

Cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del Evangelio y al aceptar costumbres y ritos paganos, perdió el Espíritu y el poder de Dios; y para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil. El resultado fue el papado, es decir, una iglesia que dominaba el poder del estado y se servía de él para promover sus propios fines y especialmente para extirpar la “herejía” ...

Siempre que la iglesia alcanzó el poder civil, lo empleó para castigar a los que no admitían todas sus doctrinas. Las iglesias protestantes que siguieron las huellas de Roma al aliarse con los poderes mundanos, manifestaron el mismo deseo de restringir la libertad de conciencia. Ejemplo de esto lo tenemos en la larga persecución de los disidentes por la Iglesia de Inglaterra. Durante los siglos XVI y XVII miles de ministros no conformistas fueron obligados a abandonar sus iglesias, y a muchos pastores y feligreses se les impusieron multas, encarcelamientos, torturas y el martirio.

Fue la apostasía lo que indujo a la iglesia primitiva a buscar la ayuda del gobierno civil, y esto preparó el camino para el desarrollo del papado, simbolizado por la bestia. San Pablo lo predijo al anunciar que vendría “la apostasía” y sería “revelado el hombre de pecado”. 2 Tesalonicenses 2:3 (VM). De modo que la apostasía en la iglesia preparará el camino para la imagen de la bestia.15Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 496, 497.

Satanás obrará con potencia y “con todo engaño de iniquidad”. 2 Tesalonicenses 2:9, 10. Su obra queda claramente revelada por el aumento acelerado de las tinieblas, los múltiples errores, herejías y engaños de estos postreros días. No sólo está Satanás llevando cautivo al mundo, sino que sus seducciones están leudando a las iglesias que profesan ser de nuestro Señor Jesucristo. La gran apostasía se desarrollará en tinieblas tan densas como las de medianoche. Para el pueblo de Dios, será una noche de prueba, de llanto y de persecución por causa de la verdad. Pero de esa noche de tinieblas resplandecerá la luz de Dios.16La Historia de Profetas y Reyes, 529.


El enemigo de las almas ha procurado introducir la suposición de que había de realizarse una gran reforma entre los adventistas del séptimo día, y que esa reforma consistiría en renunciar a las doctrinas que están en pie como las columnas de nuestra fe y que había de comenzar un proceso de reorganización. Si se efectuara esta reforma, ¿qué resultaría? Los principios de verdad que Dios en su sabiduría ha dado a la iglesia remanente serían descartados. Sería cambiada nuestra religión. Los principios fundamentales que han sostenido la obra durante los últimos cincuenta años serían considerados como error. Se establecería una nueva organización. Se escribirían libros de una nueva orientación. Se introduciría un sistema de filosofía intelectual. Los fundadores de ese sistema irían a las ciudades y harían una obra maravillosa. Por supuesto, se tendría poco en cuenta el sábado y también al Dios que lo creó. No se permitiría que nada se interpusiera en el camino del nuevo movimiento. Los dirigentes enseñarían que la virtud es mejor que el vicio, pero habiendo puesto de lado a Dios, resolverían depender del poder humano, que no tiene valor sin Dios. Su fundamento estaría edificado sobre la arena, y la tormenta y la tempestad barrerían la estructura. ¿Quién tiene autoridad para comenzar un movimiento tal? Tenemos nuestras Biblias. Tenemos nuestra experiencia, testificada por la operación milagrosa del Espíritu Santo. Tenemos una verdad que no admite transigencias. ¿No repudiaremos todo lo que no esté en armonía con esa verdad?
Vacilé y me demoré en enviar lo que el Espíritu de Dios me impelía a escribir. No quería ser compelida a presentar la influencia desorientadora de esas falsedades. Pero en la providencia de Dios los errores que han estado entrando debían ser afrontados. (Testimonios tomo 1 pág.  239)


Conclusión:  Habiendo leído estos escritos inspirados de Dios, podemos darnos cuenta que la apostasía omega está avanzando ágilmente sin que nadie se dé cuenta de lo que está pasando a su alrededor, mi hermano que esta leyendo esto; si usted piensa que es muy tarde para arreglar su vida con el Señor , le digo que todavía esta a tiempo, esta apostasía omega no es nada mas que la puerta de entra a lo que realmente le va a pasar a la iglesia dentro de poco, porque los juicios de Dios no comenzara hasta que venga “la apostasía y el hombre de perdición” como lo acabo de leer, es tiempo de comenzar una relación real y verdadera con Cristo y de confiar en sus promesas, es tiempo de dejar los que nos ataca a esta vida y leer profundamente las sagradas escrituras. Si usted esta convencido de lo realidad que estamos viviendo entonces ore con su familia para que sea salva porque “ Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa” (Hechos16:31). Que Dios le bendiga y es necesario que crea solo el que cree tendrá la salvación que Jehová ha prometido.


¿Que estoy haciendo ahora con.. mi vida, mi tiempo, mi cuerpo?

“Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.”

Gálatas 2:20

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígueme ” (Mateo 16:24). Cerramos aludido mensaje con una brevísima explicación de las enigmáticas sentencias siguientes del Señor. “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:25).
B.  Saulo de Tarso, una vez convertido a Cristo, y mejor conocido universalmente como el apóstol Pablo, “ministro de Jesucristo a los gentiles” (Romanos 15:16), tomó muy en serio las condiciones establecidas por el Hijo de Dios para ser discípulo suyo y salvar la vida, es decir, al alma. Escogemos una de sus afirmaciones al respecto como título del presente mensaje, a saber: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).
1.  Desde la tierra de Palestina, resuenan aquellas declaraciones imperiosas del Señor, eventualmente escuchándolas Saulo de Tarso.“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígueme . Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”
2.  Pablo acepta el reto, y después de largos años de intensa entrega al evangelio y al Reino de Dios, escribe desde la cárcel en Roma su elocuente réplica, muy íntima y tan poética como una conmovedora canción espiritual. Escuchémosla. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
a)  El Señor dice: “...tome su cruz…” Pablo responde: “Con Cristo estoy juntamente crucificado...”.
b)  El Señor dice: “...niéguese a sí mismo” . Pablo responde: “...ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”.
c)  El Señor dice: “...sígueme”. Pablo responde: “...lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios”.
II.  “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.” Esto es tan y tan radical, extremoso, abnegado, que los “Pablos” no abundan sobre este planeta. Tachar a Saulo de Tarso. Más aún, ¡matarlo!  ¡Crucificarlo! Luego, hacer que Jesucristo entre y ocupe el mismo cuerpo que Saulo había usado. Tachar a Homero Shappley de Álamo. Más aún, ¡hacerlo morir! Y que Jesucristo viva en su lugar. Realmente, ¡esto es demasiado grande para el hombre! ¿Quién es capaz de recibirlo? ¿De practicarlo? ¿De tacharse a sí mismo para que Cristo viva en él? Estudiando y analizando esta problemática, encuentro luz divina y soluciones en el ejemplo de Pablo mismo.
A.  Al decir Pablo “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo...”, entiendo que el “yo” que ya no vivía era el “yo” de su viejo hombre; aquel “yo” de Saulo de Tarso. Este es el que fue “crucificado” juntamente con Cristo. El “yo” soberbio, fanático, jactancioso. Que se enorgullecía de nacionalidad, partido religioso, preparación académica y sobresalir entre sus compatriotas. Cuando aquel hombre Saulo de Tarso tuvo su encontronazo con Cristo y escuchó el evangelio de este, ¡renunció su “yo” carnal y mundano! Se negó a sí mismo. Negó continuar aquella vida; negó seguir aquella trayectoria, la cual lo hubiese llevado, sin duda, al pináculo del éxito y de la gloria terrenal. Pero, lo negó todo, hallando mucho más excelentes el mensaje de Cristo y la vida que este enseñaba.
1.  Esto mismo el apóstol Pablo se lo comunica a los cristianos en Filipos. “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él… a fin de conocerle… si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos” (Filipenses 3:7-11).
2.  ¿Qué cosas perdió Saulo de Tarso al convertirse en Pablo, apóstol de Jesucristo? ¿Qué cosas llegó a tener “por basura”?
a)  La fama que ya había alcanzado entre los judíos de ser “hebreo de hebreos” (Filipenses 3:5).
b)  El reconocimiento que le tributaban, pues “en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación”, testifica el propio Pablo (Gálatas 1:14).
c)  Su reputación e influencia por ser “irreprensible” “en cuanto a la justicia que es en la ley” mosaica (Filipenses 3:6).
d)  El soberbio celo del que se jactaba, pues él mismo asegura que era “mucho más celoso de las tradiciones de mis padres”que los demás judíos (Gálatas 1:14; Filipenses 3:6).
e)  La circuncisión que había recibido en su carne “al octavo día” de haber nacido (Filipenses 3:5).
f)  El poder que los “principales sacerdotes” israelitas le conferían para “hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret” (Hechos 26:9-12).
g)  Perdió un porvenir brillante entre los judíos, incluso el de probable candidato al Sanedrín.
h)  Por inferencia, perdió también fuentes de ingresos y oportunidades económicas que le pudiesen haber enriquecido tal vez sustancialmente.
3.  Todas estas cosas altamente valuadas en los círculos suyos antes de convertirse a Cristo, se volvieron como “basura” para Pablo cuando entendió el mensaje del evangelio. Sin embargo, aquel varón no perdió sus cualidades de valor intrínseco. Sus notables dotes intelectuales, fuerza de carácter, intrepidez, dinamismo, vigor, carisma, coraje y diligencia en todo lo que requiere diligencia. Su capacidad para planificar y ejecutarSu brillante y persuasiva oratoria.
a)  Su transformación a “cristiano” no requería que él negara estos poderes y cualidades sino que los dedicara al desarrollo del Reino de Dios en la tierra. Que los canalizara para lograr la salvación de almas y la edificación de los demás cristianos. Que los usara, no para sus propios fines y gloria personal, sino para los designios y la gloria del Creador.
b)  Haciéndolo, nace una “nueva criatura” . Un “nuevo Pablo”. Murió aquel viejo Saulo de Tarso, egoísta y vanaglorioso. Fue crucificado “juntamente con Cristo”. Ya no vive. Vive un “nuevo” hombre creado “conforme a la imagen” de Cristo. Un “nuevo” hombre que “se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3:9-10). Y ya que este nuevo hombre es la imagen de Cristo, el nuevo Pablo puede afirmar, con justa razón, “vive Cristo en mí; y lo que vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios”.
4.  Apliquemos esto a nosotros mismos, gente del Siglo XXI, muchos con excelentes habilidades, valiosos talentos, recursos considerables, gran potencial.
a)  ¿Significa “negarse a sí mismo” que cada uno se tache por completo a su propio “yo”? ¿Qué tenga “por basura” todos sus recursos intelectuales, sus cualidades positivas de carácter, todos sus bienes materiales, todo placer por natural e inocente que sea?
(1)  ¡Negativo! Pienso que tal no es, en absoluto, la síntesis correcta de esta norma que enseña el Señor Jesucristo.
(2)  Semejante interpretación radicalizada de “negarse a sí mismo” indujo a no pocos cristianos del Siglo II en adelante a practicar, o intentar practicar, el ascetismo.
-“El ascetismo lo practican… algunos seguidores de casi todas las religiones. Casi siempre requiere abstinencia de comida, de bebida y de actividad sexual, es decir, ayuno y celibato, y a veces también sufrimiento físico o incomodidades, por ejemplo, soportar calores o fríos o la auto-punición, como ocurre en el sufismo o como practican los flagelantes. El ascetismo puede exigir incluso la retirada del mundo para llevar una vida de meditación, como se hace en la práctica del yoga.” 
 (3)  Definitivamente, Cristo no nos llama a ser “ascéticos”Su voluntad, tal cual expresada en Juan 17:15-18, no es que nos quitemos del mundo, aislándonos en lugares desiertos y tratando duramente al cuerpo físico, lo cual no tiene “valor alguno contra los apetitos de la carne” (Colosenses 2:23), sino que seamos enviados “al mundo” para servir como levadura de santidad a las masas sosas e impuras. Conforme a la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), su voluntad es que utilicemos al máximo nuestras excelentes habilidades, valiosos talentos y recursos considerables para…
-Llevar el evangelio a todo el mundo, salvando almas.
-Edificar, animar y sostener a los demás cristianos.
-Socorrer a los desamparados del mundo –huérfanos, viudas, viudos, incapacitados, hambrientos, sedientos, enfermos.
Su voluntad es que cada uno de nosotros…
“Trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno…” (Efesios 4:28).
-Y que cada uno viva moderadamente, aprendiendo a estar contento con suficiente comida, abrigo y techo,“porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar” (1 Timoteo 6:6-8).
b)  ¿Qué, pues, significa “negarse a sí mismo” para nosotros, gente moderna con tantas posibilidades de desarrollo y auto-realización?
(1)  Significa desistir de pretensiones egoístas. De aspirar a poder personal solo para dominar caprichosamente o gloriarse en lo personal.
(2)  Significa desistir de luchar para amontonar riquezas materiales con el solo propósito de gastarlas en nuestros propios deleites. De buscar afanosamente nuestro propio bien carnal sin importar el impacto en los demás.
(3)  Significa abstenernos “de toda especie de mal” (1 Tesalonicenses 5:22). Decir que NO a los placeres y excesos que nos hacen daño corporal, emocional, psíquico o espiritual.
(4)  Significa refrenar a los IMPULSOS de toda categoríaClive Staples Lewis, escritor, orador y educador tenido por uno de los intelectos más sobresalientes del Siglo XX, hizo las siguientes observaciones sobre “impulsos”“Lo más peligroso que podéis hacer es tomar cualquier impulso de vuestra propia naturaleza y fijarlo como lo que tenéis que seguir a toda costa. No hay uno solo de ellos que no nos convierta en demonios si lo fijamos como guía absoluta. Podréis pensar que el amor hacia la humanidad en general es algo seguro, pero no lo es. Si dejáis fuera la justicia os encontraréis violando acuerdos y falseando pruebas en un juicio ‘en nombre de la humanidad’, y finalmente os convertiréis en hombres crueles y traidores” 
c)  Pero, “seguir sus impulsos, todos sus impulsos, a lo largo y lo ancho de la vida, sin negarse nada”, es precisamente la mentalidad típica de grandes multitudes que pululan en el presente sobre toda la faz del planeta Tierra.
(1)  “¡Date el gusto! Te lo mereces. Me lo merezco. No te niegues nada de lo que antojes hacer, experimentar, sentir. Échale mano a todo lo que tu mano pueda asir, acaparar, de la manera que sea. Gózate a tus anchas. Diviértete día y noche. Come, bebe, baila, hacer el amor con quienquiera. La vida es corta. Mañana te mueres. No sacrifiques nada de tus ilusiones, aspiraciones, pretensiones, placeres.”
(2)  Y a consecuencia de esta mentalidad está sucediendo ante nuestros ojos justamente lo que advierte el Sr. Lewis, cuyos escritos, dicho sea de paso, se apoyan en las enseñanzas de Cristo. Estas enormes multitudes empeñadas en seguir sus impulsos “a toda costa”, ¡se están convirtiendo en verdaderos DEMONIOS temerarios!
(a)  De cierto, de cierto, una generación que no sabe negarse nada, que no quiere negarse nunca ningún impulso, es una generación incapaz de disciplinarse. Y una generación incapaz de auto-disciplinarse se condena a sí misma al caos moral y social.
(b)  El ser humano que no aprende a decir que NO, que no se priva siquiera de cosas que destruyen su cuerpo, que rehúsa dominar malos hábitos esclavizantes, que no rehuye ambientes que le desorientan psicológica y emocionalmente, invariablemente desarrolla un carácter flojo, deformado, propenso a la degradación y aun a la violencia.

(c)  En todo reglón de la vida y en todo asunto humano, hace falta, muchísima falta, personas de carácter fuerte, íntegro, vertical, disciplinadoValientes para pronunciar un “NO” rotundo a todo lo que toda la humanidad debería decir que NO.

lunes, 27 de marzo de 2017

Prohibe Testigos de Jehova en Rusia por "Extremistas"

  20MINUTOS.ES. 23.03.2017 - 17:06h           

El Ministerio de Justicia ruso suspendió este jueves la actividad de los testigos de Jehová, acusados de extremismo, a la espera de que el Tribunal Supremo decida el próximo 5 de abril si prohibir definitivamente la práctica de ese culto en el país.
El Centro de dirección de los testigos de Jehová en Rusia, que dirige todas las filiales regionales y locales de la comunidad religiosa, ha sido incluido en la lista de organizaciones extremistas, señala un comunicado del Ministerio.
La prohibición de los testigos se da por descontada, toda vez que el alto tribunal ruso ya respaldó en el pasado el cese de su actividad en varias regiones y ciudades. El portavoz de los testigos de Jehová en Rusia, Iván Belenko, denunció que la decisión de las autoridades rusas privará de su derecho a la libertad de culto a los 175.000 seguidores que tiene esa comunidad en el país.
 En todos los procesos judiciales contra la organización, las autoridades la han acusado de almacenamiento y difusión de literatura religiosa de carácter extremista. "Todas las decisiones judiciales contra nosotros se basan en una única acusación: que algunos de nuestros libros y discursos están en la lista de literatura extremista que existe en este país", explicó Belenko.
 Aseguró que las decisiones de incluir a unas u otras publicaciones en la lista negra "se tomaron en base a opiniones de falsos expertos y sentencias judiciales dictadas a espaldas de los creyentes".

Ver más en: 
http://www.20minutos.es/noticia/2993328/0/rusia-prohibe-testigos-jehova-extremistas/#xtor=AD-15&xts=467263

Libertad Religiosa
¿Que hacer cuando se termine la Libertad Religiosa?

El principio que los discípulos sostuvieron valientemente cuando, en respuesta a la orden de no hablar más en el nombre de Jesús, declararon: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer antes a vosotros que a Dios,” (Hechos 4:19) es el mismo que los adherentes del Evangelio lucharon por mantener en los días de la Reforma. Cuando en 1529 los príncipes alemanes se reunieron en la Dieta de Espira, se presentó allí el decreto del emperador que restringía la libertad religiosa, y que prohibía toda diseminación ulterior de las doctrinas reformadas. Parecía que la esperanza del mundo estaba a punto de ser destrozada. ¿Iban a aceptar los príncipes el decreto? ¿Debía privarse de la luz del Evangelio a las multitudes que estaban todavía en las tinieblas? Importantes intereses para el mundo estaban en peligro. Los que habían aceptado la fe reformada se reunieron, y su unánime decisión fue: “Rechacemos este decreto. En asunto de conciencia la mayoría no tiene autoridad. (“Historia de la Reforma,” por D’Aubigné, tomo 13, cap. 5.)

En nuestros días debemos sostener firmemente este principio. El estandarte de la verdad y de la libertad religiosa sostenido en alto por los fundadores de la iglesia evangélica y por los testigos de Dios durante los siglos que desde entonces han pasado, ha sido confiado a nuestras manos para este último conflicto. La responsabilidad de este gran don descansa sobre aquellos a quienes Dios ha bendecido con un conocimiento de su Palabra. Hemos de recibir esta Palabra como autoridad suprema. Hemos de reconocer los gobiernos humanos como instituciones ordenadas por Dios mismo, y enseñar la obediencia a ellos como un deber sagrado, dentro de su legítima esfera. Pero cuando sus demandas estén en pugna con las de Dios, hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres. La Palabra de Dios debe ser reconocida sobre toda otra legislación humana. Un “Así dice Jehová” no ha de ser puesto a un lado por un “Así dice la iglesia” o un “Así dice el estado.” La corona de Cristo ha de ser elevada por sobre las diademas de los potentados terrenales.

No se nos pide que desafiemos a las autoridades. Nuestras palabras, sean habladas o escritas, deben ser consideradas cuidadosamente, no sea que por nuestras declaraciones parezcamos estar en contra de la ley y del orden y dejemos constancia de ello. No debemos decir ni hacer ninguna cosa que pudiera cerrarnos innecesariamente el camino. Debemos avanzar en el nombre de Cristo, defendiendo las verdades que se nos encomendaron. Si los hombres nos prohiben hacer esta obra, entonces podemos decir, como los apóstoles: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer antes a vosotros que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.”(Hechos 4:19, 20).Los Hechos de los Apóstoles, 56, 57.


domingo, 26 de marzo de 2017

¿Como identificar un falso Pastor o Predicador?

Los ministros de Cristo debieran levantarse y dedicarse con todas sus energías a llevar a cabo la obra de Dios. (…) Debieran censurar y desaprobar el mal y no permitir que un hermano viva en pecado.
(Testimonios, 1, 196)
Ya basta con la actitud servil de los ministros nominales, y con suavizar las verdades definidas que reprochan el pecado.
(Testimonios, 1, 227)
Pesan terribles ayes sobre los que predican la verdad, pero no son santificados por ella, y también sobre aquellos que consienten en recibir y sostener a los no santificados para que ministren en palabra y doctrina.
(Testimonios, 1, 237)
En estos días solemnes, justamente antes de que Cristo vuelva por segunda vez, los fieles predicadores de Dios tendrán que dar un testimonio todavía más directo que el que fue dado por Juan el Bautista. Tienen ante sí una obra de responsabilidad e importancia; y Dios no reconocerá como sus pastores a los que hablan únicamente cosas agradables.
(Testimonios, 1, 289)
En este tiempo tan horrible, justamente cuando Cristo está por venir por segunda vez, los ministros fieles de Dios tendrán que dar un testimonio aún más directo del que dio Juan el Bautista.
(Testimonios 1, 321)
Las iglesias, como regla general, están más avanzadas que algunos ministros. Han tenido fe en los testimonios que a Dios ha complacido dar, y los han obedecido, mientras algunos predicadores han quedado atrás en esto.
(Testimonios, 1, 329)
Algunos ministros, como también miembros, necesitan convertirse. Necesitan ser desechados para luego ser formados de nuevo. Su obra entre las iglesias está más que perdida, y en su condición presente llena de debilidad y vacilación, agradaría más a Dios que cesaran sus esfuerzos por ayudar a otros y trabajaran con sus manos hasta quedar convertidos. Entonces podrían fortalecer a sus hermanos.
(Testimonios 1, 338)
Una parte importante de la obra ministerial es presentar fielmente al pueblo la reforma de la salud en su relación con el mensaje del tercer ángel, como parte integrante de la misma obra.
Debieran adoptarla ellos mismos e impulsarla entre todos los que profesan creer la verdad.
(Testimonios 1, 413)
Desde la caída de Satanás, que fue una vez exaltado como ángel de Gloria, los ministros han caído a través de la exaltación. (Testimonies 1, 474)
No conozco pecado mayor contra Dios que se ocupen en el ministerio los hombres que trabajan guiados por el yo y no por Cristo.
(Testimonios para la Iglesia, T3, 508)
Algunos ministros son piedras de tropiezo para los pecadores.
(Testimonios para la Iglesia, T3, 605)
Nunca se atreva a asumir las responsabilidades de un ministro del evangelio hasta que sea un hombre convertido y tenga un espíritu manso y apacible.
(Testimonios para la Iglesia, T3, 610)
Un ministro no santificado puede causar un daño incalculable.
(Testimonios para la Iglesia, T4, 365)
Todos los pastores que trabajan a las órdenes del Pastor supremo poseerán sus características; serán mansos y humildes de corazón. (…) Muchos que profesan ser ministros de Cristo se han equivocado de amo. Afirman que sirven a Cristo y no se dan cuenta de que se están reagrupando bajo la bandera de Satanás.
(Testimonios para la Iglesia, T4, 370)
Un bebé está más capacitado para ocuparse de las almas que un hombre que no se haya consagrado.
(Testimonios para la Iglesia, T4, 432)
A menos que los ministros se conviertan, la gente tampoco se convertirá.
(Testimonios para la Iglesia, T4, 437)
Hay algunos en el ministerio que han recibido gran luz y conocimiento de la verdad que no serán vencedores. No controlan sus apetitos y pasiones ni se niegan ellos mismos por amor a Cristo.
(Testimonios para la Iglesia, T8, 82)
La experiencia de Cristo con los dirigentes judíos se repite. Satanás se esfuerza por eclipsar todo rayo de luz que brilla de Dios hacia su pueblo. Obra por medio de los ministros de la manera que obró a través de los sacerdotes y gobernantes en los días de Cristo.
(Testimonios para la Iglesia, T8, 209)
“Cristo (…) nunca comisionó a nadie a dominar su heredad. La verdadera religión bíblica da por fruto el dominio propio y no el dominio de uno por el otro.”
(Testimonios para la Iglesia, tomo 9, 220)
Los hombres finitos deben cuidarse de tratar de controlar a sus semejantes, ocupando el lugar asignado al Espíritu Santo. No sientan los hombres que es su prerrogativa dar al mundo lo que ellos piensan que es la verdad, e impedir que se les dé algo contrario a sus ideas. Esta no es obra suya. Muchas cosas aparecerán distintamente como verdad, sin embargo no serán aceptables para aquellos que creen que su propia interpretación de las Escrituras siempre es correcta. Habrá que realizar los más decididos cambios con respecto a ciertas ideas que algunos han aceptado como perfectas. Estos hombres dan evidencia de falibilidad en muchísimas maneras; trabajan a base de principios que la Palabra de Dios condena. Lo que me convence hasta lo más profundo de mí ser, y me hace saber que sus obras no son las obras de Dios, es que ellos suponen que tienen autoridad para gobernar a sus semejantes. El Señor no les ha dado más derecho a gobernar a otros que el derecho que ha dado a otros para gobernarlos a ellos. Los que pretenden detentar el gobierno de sus semejantes, toman en sus manos finitas una obra que recae solamente sobre Dios. El que los hombres conserven vivo el espíritu que gobernó el alboroto de Minneapolis es una ofensa para Dios.
(TM, 73)
Toda rudeza, acritud, crítica y todo espíritu tiránico no son de Cristo, sino que proceden de Satanás. (TM, 156)
Se me ha mostrado que prácticas impuras, orgullo, egoísmo, glorificación propia, han cerrado la puerta del corazón, aun de aquellos que enseñan la verdad a los otros, de manera que el enojo de Dios está sobre ellos. (TM, 161)
A menos que haya una reforma cabal entre los que carecen de santidad, sería mejor que tales hombres abandonaran el ministerio y eligieran alguna otra ocupación donde sus pensamientos irregenerados no trajeran el desastre al pueblo de Dios. (TM, 163)
La carencia de una fe firme y de discernimiento en las cosas sagradas debieran ser causas suficientes para separar a cualquier hombre de la obra de Dios…Un hombre apasionado no debiera tener trato alguno con las mentes humanas. No se le puede confiar la atención de asuntos que se relacionan con los que Cristo compró a un precio infinito.
(TM., 261)
Los que han sido puestos por Dios en cargos de responsabilidad, nunca deben tratar de exaltarse a sí mismos o atraer la atención de los hombres a su obra. Deben dar toda la gloria a Dios. No deben buscar poder para enseñorearse de la heredad de Dios, pues sólo harán esto los que están bajo el dominio de Satanás.
(TM, 279-280)
Nada separará tan rápidamente al alma de Dios, y traerá derrota, como que el hombre eleve su alma a cosas vanas y hable de una manera orgullosa, jactanciosa e impositiva a sus semejantes, que son la propiedad de Dios.
(TM, 319-320)
Si pasáis una hora o un momento sin depender de su gracia (…) os veréis incapacitados para distinguir entre el fuego común y el fuego sagrado.
(TM, 350)
Si un hombre confía en sus propias facultades y trata de ejercer dominio sobre sus hermanos, creyendo que está investido de autoridad para hacer de su voluntad el poder dominante, el procedimiento mejor y el único seguro consiste en quitarle el puesto para que no se haga un gran daño y el mismo pierda su propia alma y ponga en peligro el alma de otros. El cargo no engrandece a un hombre ni en una jota ni en una tilde.
(TM, 362)
Se exaltan a sí mismos como hombres de juicio superior, y se han presentado como representantes de Dios. Son falsos dioses.
(TM, 364)
No esperéis recibir la fuerza de los hombres que están en altos puestos de responsabilidad porque ellos son precisamente los hombres que están en peligro de considerar su posición de responsabilidad como evidencia del poder especial de Dios.
(TM, 380)
Muchos ocuparán nuestros púlpitos sosteniendo la antorcha de una falsa profecía en sus manos, encendida del fuego de la infernal antorcha satánica. Si se albergan dudas e incredulidad, los fieles ministros serán quitados del pueblo que piensa que sabe tanto. “¡Oh, si también tú conocieses -dijo Cristo-, a lo menos en éste tu día, lo que toca a tu paz! mas ahora está encubierto de tus ojos”
(TM, 416)
Os habéis convertido, vosotros que estáis ocupados en enseñar la verdad a otros?
(TM, 440)
Los que ocupan puestos de responsabilidad no deben pensar que su importante cargo los convierte en hombres de juicio infalible.
(TM, 493)
No debe ejercerse un espíritu autoritario, ni siquiera por parte del presidente de la asociación, porque el cargo no convierte a un hombre en un ser infalible.
(TM, 496)
Si la gente está mal, y los dirigentes no levantan su voz contra esos males, los condenan; y en ese caso el pecado se carga tanto en la cuenta de ellos como en la de los ofensores.
(T2, 35)
Los hombres y las mujeres están viviendo en las últimas horas del tiempo de prueba, y pesar de ello son descuidados e insensatos, y los ministros no tienen poder para despertarlos; porque ellos también están durmiendo.
(T2, 303)
Toda adulación debería ser puesta de lado; porque la obra de Satanás consiste en adular. (…)
Adular a los ministros está fuera de lugar. Pervierte la mente, y no conduce a la mansedumbre y la humildad; pero a los hombres y a las mujeres les gusta que los alaben, y con demasiada frecuencia a los ministros también. Su vanidad resulta complacida; pero esto, para muchos, ha sido una maldición.
La reprensión debiera ser más apreciada que la adulación.
(T2, 303-304)
A menudo ocurre que los pastores se sienten inclinados a visitar casi únicamente las iglesias, dedicando su tiempo y sus fuerzas a una tarea que no hará ningún bien. Frecuentemente las iglesias les llevan ventaja a los ministros que trabajan entre ellas, y prosperarían más si esos pastores se hicieran a un lado y les dieran la oportunidad de trabajar. Los esfuerzos de estos ministros para edificar las iglesias lo único que logran es derribarlas. (…) Si dejaran las iglesias, y fueran a nuevos campos, y trabajaran para levantar otras iglesias, descubrirían cuales son sus habilidades, y cuánto cuesta atraer a las almas para que se decidan por la verdad. (…)
(T2, 305)
Deberían manifestare por la obra un interés desprovisto de egoísmo, y un ferviente amor por las almas que perecen. Si no poseen esto, se han equivocado de misión, y deberían dejar de enseñar a los demás; porque hacen más daño que el bien que podrían hacer.
(T2, 306)
Un ministro carente de consagración, que presenta la verdad sin entusiasmo alguno, mientras su propia alma permanece inconmovible frente a las verdades que comunica a los demás, solamente hará daño. Cada esfuerzo que lleva a cabo lo único que hace es bajar la norma. (…)
Algunos ministros han trabajado, no porque no se atrevieran a hacer otra cosa, no porque temieran que algo les podría ocurrir, sino por el salario que iban a recibir. (…)
Si los ministros se entregan plenamente a la obra de Dios, y dedican todas sus energías a edificar su causa, nada les faltará. Con respecto a las cosas temporales, están en mejores condiciones que su Señor, que los discípulos que él envió para salvar a los hombres que estaban a punto de perecer.
(T2, 309)
Algunas cosas incorrectas acontecen en el sagrado púlpito. Un ministro que conversa con otro en el púlpito ante la congregación, que se ríe y parece no sentir el peso de la obra, o que carece del sentido solemne de la sagrada vocación, deshonra la verdad y rebaja las cosas sagradas al nivel de las cosas comunes.
(T2, 542)
El pueblo está por encima de muchos de sus ministros.
(T2, 556)
Un padre que tiene sólo un débil sentido de la responsabilidad paterna de fomentar e imponer orden, disciplina y obediencia, fracasará como ministro y pastor del rebaño.
(T2, 615)
Ministros, profesores, y maestros no consagrados ayudan a Satanás a levantar bandera dentro de nuestros propios baluartes.
(T5, 12)
Dios ha prometido que allí donde los pastores no sean fieles, él mismo tomará a cargo el rebaño.
(T5, 75)
Prefiramos la pobreza, el oprobio, la separación de nuestros amigos o cualquier sufrimiento, antes que contaminar el alma con el pecado. La muerte antes que el deshonor o la trasgresión de la ley de Dios, debiera ser el lema de todo cristiano. Como pueblo que profesa ser constituido por reformadores que atesoran las más solemnes y purificadoras verdades de la palabra de Dios, debemos elevar la norma mucho más alto de lo que está actualmente. El pecado y los pecadores que hay en la iglesia deben ser eliminados prestamente, a fin de que no contaminen a otros. La verdad y la pureza requieren que hagamos una obra más cabal para limpiar de Acanes el campamento. No toleren en un hermano los que tienen cargos de responsabilidad. Muéstrenle que debe dejar sus pecados o ser separado de la iglesia.
(T5, 137)
“…el pueblo está más adelantado que muchos de los ministros”.
(T5, 155)
Algunos ministros e iglesias están tan ansiosos de tener un aumento en números que no dan su testimonio fielmente en contra de hábitos y prácticas no cristianas. No se enseña a los que aceptan la verdad que no pueden hallar seguridad en ser mundanos en su comportamiento y cristianos de nombre.
(T5, 161)
A menos que el ministro intrépidamente declare toda la verdad, a menos que mantenga su vista fija en la gloria de Dios y trabaje bajo la dirección del gran capitán de su salvación, a menos que se coloque al frente, a pesar de la censura y sin dejarse contaminar por el aplauso, será tenido como un atalaya infiel.
(T5, 243)
Los pastores han descuidado las responsabilidades que Dios les ha dado; se han vuelto estrechos y faltos de fe y han dado lugar a una imperdonable cobardía, pereza y codicia.
(T5, 347)
Los hombres a quienes Dios eligió como ministros suyos deben prepararse para la obra mediante un escudriñamiento cabal del corazón y una íntima comunión con el Redentor del mundo. Si no tienen éxito en ganar almas para Cristo, es porque su propia alma no está en armonía con Dios.
(T5, 542)
Observé para ver la humildad de alma que siempre debe existir como un ropaje adecuado en nuestros ministros, pero no estaba sobre ellos. Busqué el profundo amor por nuestras almas que el Maestro dijo que debían poseer, pero no la tenían. Traté de escuchar las fervientes oraciones que debían haber sido ofrecidas con lágrimas y angustia de alma por la impenitencia y la incredulidad existente en sus propios hogares y en la iglesia, pero no las encontré. Traté de escuchar los llamados hechos con la demostración del Espíritu, pero eran inexistentes. Busqué a quienes llevaran la carga, que en un tiempo como este debieran estar llorando entre el pórtico y el altar, y clamando: “Perdona a tu pueblo, Señor, y no entregues al oprobio tu heredad”, pero no escuché súplicas semejantes. Unos pocos fervientes y humildes buscaban al Señor. En alguna de estas reuniones uno o dos ministros sentían la carga y se sentían oprimidos como un carro lleno de gavillas. Pero una gran mayoría de los ministros no tenían más sentido de lo sagrado de su obra que los niños.
(Testimonies, t5, 165-166)


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El Señor me ha mostrado que los hombres que están en puestos de responsabilidad están interponiéndose directamente en el camino de la obra de Dios porque piensan que la obra debe ser hecha y que la bendición debe venir de una cierta forma, y no reconocerán lo que venga de alguna otra manera. Hermanos, quiera el Señor colocar este asunto delante de vosotros como es. Dios no obra como planean los hombres o como ellos quieran. El actúa de una manera misteriosa para obrar sus milagros. ¿Por qué rechazar los métodos del Señor, porque ellos no coinciden con nuestras ideas?
Dios tiene sus canales escogidos de luz, pero ellos no están necesariamente de acuerdo con la mente de ningún grupo de hombres.
(Testimonies, t5, 726)
Los que conocen la verdad se debilitan si nuestros ministros les dedican el tiempo y el talento que debieran consagrar a los inconversos.
(Testimonios, t7, 21)
Mi corazón se llena de angustia cuando pienso en los mensajes dóciles de nuestros ministros, cuando tienen un mensaje de vida o muerte que llevar. Los ministros están dormidos; los laicos están dormidos; y el mundo perece en el pecado. Dios ayude a su pueblo a levantarse a andar y trabajar como hombres y mujeres en las fronteras de la eternidad. Pronto una terrible sorpresa vendrá sobre los habitantes del mundo. De repente, con poder y gran gloria, Jesús vendrá. Entonces no habrá tiempo de prepararse para encontrarse con El. Ahora es el tiempo para nosotros de dar el mensaje de advertencia.
(Testimonies. T.8, 36)
Las Esposas de los Ministros.
(1 JT. 36-38)
Una esposa no santificada es la mayor maldición que pueda tener un ministro.
(1JT, 39)
El testigo fiel dice a estos ministros: “Sé pues celoso, y arrepiéntete”. (Apoc.3:19) Algunos de ellos se enorgullecen tanto que son un estorbo para la preciosa causa de Dios.
(1JT, 331)
No hay seguridad para nuestros hermanos dirigentes mientras avancen según sus propios impulsos. No estarán unidos con Cristo, y no obrarán en armonía con él. No podrán ver ni comprender las necesidades de la causa y Satanás los inducirá a asumir actitudes que estorbarán y molestarán.
(2JT, 131)
El ministerio cristiano no es lugar para los zánganos. Hay una clase de hombres que intentan predicar, que son negligentes, descuidados e irreverentes. Sería mejor que cultivasen el suelo en vez de enseñar la sagrada verdad de Dios.
(2JT, 228)
La mayor ayuda que pueda darse a nuestro pueblo consiste en enseñarle a trabajar para Dios y a confiar en él, y no en los ministros.
(3JT, 82)
Mi corazón se llena de angustia cuando pienso en los mensajes tibios que dan algunos de nuestros ministros, cuando llevan un mensaje de vida o muerte. Los ministros están dormidos; los miembros laicos también; y el mundo perece en el pecado. Dios ayude a su pueblo a despertarse, a andar y obrar como hombres y mujeres que están en el umbral del mundo eterno.
(3JT, 220)
Los sermones de algunos de nuestros ministros tendrán que ser mucho más poderosos que los que predican ahora, o muchos apóstatas oirán un mensaje tibio e indirecto que arrulla la gente y la hace dormir. Todo discurso debe darse bajo el sentido de los terribles juicios que pronto han de caer sobre el mundo. El mensaje de verdad ha de ser proclamado por labios tocados por un carbón vivo del altar divino.
(3JT, 220)
Los ministros raras veces están preparados para trabajar para Dios.
(Review & Herald, 15 agosto, 1882)
El pueblo está más avanzado que muchos de los ministros. Ellos debieran luchar sin descanso en oración hasta que el Señor los bendiga. Cuando el amor de Dios esté ardiendo en el altar de sus corazones, no predicarán para exhibir su propia inteligencia, sino para presentar a Cristo que quita los pecados del mundo.
(Review & Herald, 15 agosto, 1882)
En iglesias y grandes asambleas al aire libre, los ministros exhortarán al pueblo acerca de la necesidad de guardar el primer día de la semana.
(Review & Herald, 18 de marzo de 1884)
Hay muchos que nunca estuvieron convertidos…no participan de la naturaleza divina; Cristo no mora en sus corazones por la fe.
(Review & Herald, 8 octubre, 1889)
Hay pastores que pretenden estar enseñando la verdad, cuyos caminos son una ofensa para Dios. (Review and Herald, 21 octubre 1890)
Entre aquellos que ocupan posiciones de responsabilidad, hay una falta de disposición a confesar, tras haber errado; y su negligencia está conduciendo al desastre, no solamente a ellos mismos, sino también a las iglesias. En todo lugar, nuestro pueblo está grandemente necesitado de humillar su corazón ante Dios y confesar sus pecados. Pero cuando se hace evidente que sus pastores, ancianos, u otros hombres en puestos de responsabilidad han adoptado posturas equivocadas, y sin embargo se excusan a sí mismos y no hacen confesión, los miembros de la iglesia demasiado a menudo siguen un curso idéntico. De esa forma se ponen en peligro muchas almas, y la presencia y el poder de Dios son expulsados de su pueblo.
(Review and Herald, 16 Diciembre, 1890)
Si es indulgente en mantener su corazón en la obstinación, y debido al orgullo y la justicia propia deja de confesar sus faltas, será abandonado a las tentaciones de Satanás. Si cuando el Señor revela sus errores, no se arrepiente o hace confesión, su providencia lo llevará al mismo terreno una y otra vez. Se le permitirá cometer errores de la misma naturaleza, continuará faltándole la sabiduría, llamará pecado a la justicia, y justicia al pecado. La multitud de engaños que prevalecerán en estos últimos días le rodearán, usted cambiará de dirigentes, y no se dará cuenta de lo que ha hecho. (Review and Herald, 16 Diciembre, 1890)
A no ser que Cristo sea formado en el interior, la esperanza de gloria, UD. será una maldición y no una bendición para la congregación, ya que el ministro no puede llevar a la gente a un nivel superior al que el alcance. (…)
Hay algunos que ahora profesan ser ministros del Señor que hablan de las cosas de Dios como si hablaran de alguna transacción comercial. (…)
Entonces, si viene uno a vosotros que profesa ser un predicador de la justicia, que mezcla con la verdad palabras inapropiadas y de broma, que no lleva la carga de las almas, ponerlo aparte, y en el espíritu de amor y mansedumbre, decirle que no puede alimentar a la iglesia de Dios cuando el mismo no sabe que es lo que significa alimentarse del pan de vida.
(R&H, 5 abril, 1892)
Un ministro de Cristo debe ser puro en su conversación y acciones.
(PE, 103)
Cuando los mensajeros de Dios dejan sus casas para trabajar por la salvación de las almas dedican mucho de su tiempo a trabajar en favor de aquellos que han estado en la verdad durante años, pero que todavía son débiles porque aflojan innecesariamente las riendas, dejan de velar sobre sí mismos y hasta, pienso a veces, tientan al enemigo a que los tiente…
(PE, 105)
Vi que muchos de estos pastores habían negado lo que Dios había enseñado antes; habían negado y rechazado las verdades gloriosas que una vez defendían y se habían ataviado de mesmerismo y de toda clase de engaño. Vi que estaban borrachos de error, y que conducían a su grey a la muerte. Muchos de los que se oponen a la verdad de Dios maquinan daños en su cabeza sobre sus camas, y de día llevan a cabo sus perversos designios para abatir la verdad y presentar algo nuevo que interese a la gente y la distraiga de la verdad preciosa y de suma importancia.
Vi que los sacerdotes que conducían a su grey a la muerte serán pronto detenidos en su terrible carrera. Se acercan las plagas de Dios, pero no bastará que los falsos pastores sean atormentados por una o dos de esas plagas. En aquel tiempo la mano de Dios será extendida con ira y justicia y no se retirará hasta que los propósitos de él se hayan cumplido plenamente, hasta que los sacerdotes asalariados sean inducidos a adorar a los pies de los santos, y a reconocer que Dios los amó porque se aferraron a la verdad y guardaron los mandamientos de Dios, y hasta que todos los injustos sean destruidos de la tierra.
(PE, 123-124)
Los ministros ajustan sus sermones al gusto de los cristianos mundanos. No se atreven a predicar a Jesús ni las penetrantes verdades de la Biblia, porque si lo hiciesen, estos cristianos mundanos no quedarían en la iglesia.
(PE, 227)
(EN 1844) Los malos pastores…se unieron con Satanás y sus ángeles para clamar: “Paz, paz.” Cuando no había paz.
(PE 234)
Los Ministros sacan sus textos de la palabra de Dios, pero predican cosas agradables.
(PE, 273)
La gente se volvía contra sus ministros con acerbo odio y los reconvenía diciendo: “Vosotros no nos advertisteis. Nos dijisteis que el mundo entero se iba a convertir, y clamasteis: ‘¡Paz, paz!’ para disipar nuestros temores. Nada nos enseñasteis acerca de esta hora, y a los que nos precavían contra ella los tildabais de fanáticos y malignos que querían arruinarnos.” Pero vi que los ministros no se libraron de la ira de Dios. Sus sufrimientos eran diez veces mayores que los de sus feligreses.
(PE, 282)
Los falsos pastores habían sido el objeto especial de la ira de Jehová. Aun estando en pie se habían consumido sus ojos en sus órbitas y su lengua en su boca.
(PE, 289)
Los ministros deben ser estrictamente temperantes en su comer y beber…
(CRA, 456)
Aun cuando no hacemos del uso de la carne una prueba [de discipulado], aun cuando no queremos forzar a nadie a abandonar su uso, es nuestro deber pedir que ningún ministro de la asociación tome livianamente o se oponga al mensaje de la reforma en este punto. Si, en vista de la luz que Dios nos ha dado con respecto al efecto del consumo de la carne sobre el sistema, continuáis comiendo carne, debéis soportar las consecuencias. Pero no asumáis una posición, ante el pueblo, que les permita pensar que no es necesario llamar a una reforma con respecto al consumo de carne; porque el Señor está llamando a una reforma.
(CRA, 481)
¿No daremos un testimonio decidido contra la complacencia del apetito pervertido? ¿Quiere cualquiera de los que son ministros del Evangelio y que proclaman la verdad más solemne que haya sido dada a los mortales, dar el ejemplo de volver a las ollas de Egipto? ¿Quieren los que son, sostenidos por el diezmo de la tesorería de Dios permitir que la gula envenene la corriente vital que fluye por sus venas? ¿Harán caso omiso de la luz y las amonestaciones que Dios les ha dado?
(CRA, 485)
Ningún hombre debe ser consagrado como maestro del pueblo mientras su propia enseñanza o ejemplo contradiga el testimonio que Dios ha dado a sus siervos para que presenten con respecto al régimen, porque esto traerá confusión. Su falta de consideración por la reforma pro salud los descalifica para presentarse como mensajeros del Señor.
(Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, 545; Carta 23, 14 diciembre 1896)
Somos los ministros designados por Cristo, y debemos permitir que su Espíritu resplandezca mediante la mansedumbre y la humildad que hemos aprendido de él (Carta 257, del 26 de noviembre de 1903, dirigida al Dr. J. H. Kellogg).
(Cada Día Con Dios, 339)
Estamos en el gran día de la expiación, cuando mediante la confesión y el arrepentimiento nuestros pecados han de ir de antemano al juicio. Dios no acepta ahora de sus ministros un testimonio suave y falto de temple. Un testimonio tal no sería verdad presente. El mensaje para este tiempo debe ser alimento oportuno para nutrir a la iglesia de Dios. Pero Satanás ha estado procurando gradualmente despojar a este mensaje de su poder, para que la gente no esté preparada para resistir en el día del Señor.
(Mensajes Selectos t1, 145)
“Estudiar el capítulo nueve de Ezequiel. Estas palabras se cumplirán literalmente.”
(Carta 106, 1909)
Juan declaró a los maestros de Israel que su orgullo, egoísmo y crueldad demostraban que eran una generación de víboras, una maldición mortal para el pueblo, más bien que los hijos del justo y obediente Abrahán. En vista de la luz que habían recibido de Dios, eran peores que los paganos, a los cuales se creían tan superiores.
(DTG, 81)
Muchos que estaban convencidos de que Jesús era el Hijo de Dios fueron extraviados por el falso razonamiento de los sacerdotes y rabinos.
(DTG, 422)
El pecado de una nación y su ruina se debieron a sus dirigentes religiosos.
(DTG, 687)
Los dirigentes religiosos se habían unido con Satanás y sus ángeles. Estaban cumpliendo sus órdenes.
(DTG, 696)
Nunca seréis ministros según la orden evangélica hasta que mostréis un interés decidido en la obra médico-misionera.
(Ministerio de la Bondad, 145)
Que nadie considere una virtud mantener sus propias ideas y suponer que él es el único a quien el Señor ha concedido discernimiento e intuición.
(1888 Materials, p.1697-1698)
Los ministros que procuran agradar a los hombres, y claman: Paz, paz, cuando Dios no ha hablado de paz, debieran humillar su corazón delante del Señor, y pedirle perdón por su falta de sinceridad y de valor moral. No es amor a su prójimo lo que les induce a suavizar el mensaje que se les ha confiado, sino el hecho de que procuran complacerse, y aman su comodidad.
El verdadero amor se esfuerza en primer lugar por honrar a Dios y salvar las almas. Los que tengan este amor no eludirán la verdad para ahorrarse los resultados desagradables que pueda tener el hablar claro. Cuando las almas están en peligro, los ministros de Dios no se tendrán en cuenta a si mismos, sino que pronunciarán las palabras que se les ordenó pronunciar, y se negarán a excusar el mal o hallarle paliativos. (…)
Dios llama a hombres como Elías, Natán y Juan el Bautista, hombres que darán su mensaje con fidelidad, al margen de las consecuencias; hombres que dirán la verdad con valor, aun cuando ello exija el sacrificio de todo lo que tienen.
(Profetas y Reyes, 104)
Los predicadores no deberían tener escrúpulos para predicar la verdad como se encuentra en la Palabra de Dios. Dejad que la verdad corte. Se me ha mostrado por qué los ministros no han tenido más éxito, tienen miedo de herir sentimientos, están temerosos de no ser corteses, y rebajan las normas de la verdad, y si es posible, esconden la peculiaridad de nuestra fe. Vi que Dios no podía hacer que los tales tuvieran éxito. La verdad debe ser directa, y se debe urgir acerca de la necesidad de una decisión. Y mientras los falsos pastores están clamando paz, y están predicando cosas halagüeñas, los siervos de Dios deben clamar a voz en cuello y no detenerse, y dejar los resultados a Dios.
(Dones Espirituales, Tomo 2, p. 284-285.)
Entre todas la gente del mundo, el médico y el ministro debieran ser las personas que cultiven
los más estrictos hábitos de temperancia.(…) Pecan voluntariamente si ignoran las leyes de la salud o se muestran indiferentes hacia ellas.
(C. Salud, 319)
Nuestros pastores debieran llegar a ser expertos en la reforma pro salud.
(C. Salud, 428)
A menos que practiquen la verdadera temperancia, no podrán ser susceptibles a la influencia santificadora de la verdad, y no lo serán. Nuestros pastores debieran comprender este asunto.
(C. Salud, 446-447)
Caifás…no tenía ni la capacidad, ni la autoridad del cielo para realizar esa labor…Caifás era sumo sacerdote sólo en apariencias. Llevaba los vestidos sacerdotales, pero no tenía una relación vital con Dios.
(Cristo Triunfante, 271)
(Caifás) Actuaba inspirado por Satanás… No era un sacerdote nombrado por Dios según el orden de Melquisedec.
(MS 102, 1897). (CBA, t5, 1080)
Como las nuevas del nacimiento del Salvador, el mensaje del segundo advenimiento no fue confiado a los caudillos religiosos del pueblo.
(CS. 361)
Se pagan grandes sueldos a ministros elocuentes para que entretengan y atraigan a la gente. Sus sermones no deben aludir a los pecados populares, sino que deben ser suaves y agradables como para los oídos de un auditorio elegante. Así los pecadores del mundo son recibidos en la iglesia, y los pecados de moda se cubren con un manto de piedad.
(CS, 437)
Satanás trata continuamente de atraer la atención hacia los hombres en lugar de atraerla hacia Dios. Hace que el pueblo considere como sus guías a los obispos, pastores y profesores de teología, en vez de estudiar las Escrituras para saber por sí mismo cuáles son sus deberes.
(CS. 653)
Cristo previó que las pretensiones de autoridad desmedida de los escribas y fariseos no habían de desaparecer con la dispersión de los judíos. Con mirada profética vio que la autoridad humana se encumbraría para dominar las conciencias en la forma que ha dado tan desgraciados resultados para la iglesia en todos los siglos. Y sus terribles acusaciones contra los escribas y fariseos y sus amonestaciones al pueblo a que no siguieran a esos guías ciegos fueron consignadas como advertencia para las generaciones futuras.
(CS, 654)
Nuestros ministros designados para vigilar como centinelas en los muros de Sión, no deben tomar sobre ellos el peso de la elaboración de alimentos saludables ni el establecimiento de los almacenes de venta de alimentos saludables. Ellos tampoco deben atarse a otras empresas comerciales. Esto es un estorbo para el avance de la obra que Dios dice que debe hacer.
(El Ministerio de la Alimentación Saludable, 44; MS 105, 1902. Escrito el 16 de julio de 1902).
Un ministro…nunca debe dar consejos ni órdenes cortantes y dictatoriales.
Los que difieren con nosotros en fe y doctrina debieran ser tratados bondadosamente.
(Evangelismo, 463)
Estoy instruida para decir a mis hermanos en el ministerio: Por la intemperancia en el comer os estáis descalificando vosotros mismos para ver claramente la diferencia entre el fuego sagrado y el común. Y por esta intemperancia estáis revelando vuestro desprecio por las amonestaciones que el Señor os ha dado.
(Temperancia, 148)
Hay eruditos que tienen educación universitaria, pero esos pastores no alimentan la grey.
(Mensajes Selectos, t1, 18)
(…) los miembros individualmente, y especialmente los dirigentes de la grey, no se dejan corregir.
(Mensajes Selectos, t1, 53)
Si a los ministros les falta humildad; si se irritan fácilmente cuando hallan oposición, es evidente que necesitan iluminación divina.
(Mensajes Selectos, t1, 473)
Mientras Cristo procuraba presentar delante de la gente la verdad en su debida relación con la salvación, Satanás obraba mediante los dirigentes judíos y les inspiraba enemistad contra el redentor del mundo.
(Mensajes Selectos, t1, 476-477)
Ninguna persona que quiera erigirse como el único maestro de la iglesia está trabajando para Dios.
(Mensajes Selectos, tomo2, 176)
Muchos son cegados y engañados por hombres que pretenden ser ministros del Evangelio, y que influyen en muchos para que consideren que están haciendo una buena obra para Dios, cuando en realidad se trata de la obra de Satanás.
(Mensajes Selectos, tomo 3, 188)
Durante los años del ministerio de Cristo sobre la tierra, mujeres piadosas ayudaron en la obra que el Salvador y sus discípulos hacían. Si los que se oponían a esta obra pudieran haber encontrado alguna cosa fuera del orden regular en la conducta de estas mujeres, ello habría cancelado la obra en el acto.
(Mensajes Selectos, tomo 3, 426-427)
Ha llegado el solemne tiempo cuando los ministros deben llorar entre la entrada y el altar, exclamando: “Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad” (Joel 2: 17). Es un tiempo en que, en vez de elevar sus almas con suficiencia propia, los ministros y el pueblo deben confesar sus pecados delante de Dios y el uno al otro.
(Mensajes Selectos, tomo 3, 445)
La mejor ayuda que los ministros pueden dar a los miembros de nuestras iglesias no es presentarles sermones, sino hacer planes de trabajo para ellos.
(MB, 115)
Nunca seréis ministros según la orden evangélica hasta que mostréis un interés decidido en la obra médico-misionera, el evangelio de la salud y de la bendición y de la fortaleza.
(MB, 145)
Aunque en este tiempo los predicadores son muchos, hay una gran escasez de ministros capaces y santos, de hombres llenos del amor que moraba en el corazón de Cristo. El orgullo, la confianza propia, el amor al mundo, las críticas, la amargura y la envidia son el fruto que producen muchos de los que profesan la religión de Cristo. Sus vidas, en agudo contraste con la vida del Salvador, dan a menudo un triste testimonio del carácter de la labor ministerial bajo la cual se convirtieron.
(HA, 264)
Sustituir la santidad del corazón y la vida por las formas exteriores de la religión, es tan agradable para la naturaleza no renovada hoy como en los días de esos maestros judíos. Hoy, como entonces, hay falsos guías espirituales, a cuyas doctrinas muchos prestan atención ansiosamente. El esfuerzo premeditado de Satanás procura apartar las mentes de la esperanza de salvación mediante la fe en Cristo y la obediencia a la ley de Dios. En toda época el gran enemigo adapta sus tentaciones a los prejuicios e inclinaciones de aquellos a quienes trata de engañar. En los tiempos apostólicos inducía a los judíos a exaltar la ley ceremonial y a rechazar a Cristo; y actualmente induce a muchos profesos cristianos, con el pretexto de honrar a Cristo, a menospreciar la ley moral y a enseñar que sus preceptos pueden ser transgredidos impunemente. Es el deber de todo siervo de Dios resistir firmemente a estos pervertidores de la fe y, por la palabra de verdad, exponer denodadamente sus errores.
(HA, 310)
El ministro de Cristo no debe presentar a la gente tan sólo las verdades más agradables, ocultándole las que puedan causarle dolor. Debe observar con intensa solicitud el desarrollo del carácter. Si ve que cualquiera de su rebaño fomenta un pecado, como fiel pastor debe darle, basado en la Palabra de Dios, instrucciones aplicables a su caso. Si permite que sigan, sin amonestación alguna, confiando en sí mismos, será responsable por sus almas.
(HA, 316)
Odiar y reprender el pecado y al mismo tiempo manifestar misericordia y ternura hacia el pecador, es tarea difícil. Cuanto más fervoroso sea nuestro esfuerzo para obtener santidad de vida y corazón, tanto más aguda será nuestra percepción del pecado y más decidida nuestra desaprobación frente a cualquier desviación de lo recto. Debemos cuidarnos de no ser excesivamente severos hacia los que obran mal, pero al mismo tiempo no debemos perder de vista la suma gravedad del pecado. Es necesario manifestar paciencia y amor cristiano por el pecador; pero también existe el peligro de ser tan tolerantes con sus errores, que le parezca inmerecida la reprensión, y la rechace como innecesaria e injusta.
A veces los ministros del Evangelio causan mucho daño al permitir que su lenidad hacia los que yerran degenere en tolerancia de pecados y hasta en su participación en ellos. De este modo son inducidos a excusar y no darle importancia a lo que Dios condena; y después de un tiempo se ciegan de tal modo que son capaces de elogiar a los mismos a quienes Dios les ordenó reprender.
(HA, 401)
Entre nuestros ministros y creyentes hay muchos que están pisoteando los mandamientos de Dios. Así se insulta al Creador del mundo, y Satanás se ríe triunfalmente al verificar cuánto éxito obtienen sus estratagemas.
(HA, 403)
El conocimiento, la benevolencia, la elocuencia, el fervor, son esenciales en la buena obra; pero sin el amor de Cristo en el corazón, la obra del ministro cristiano es un fracaso.
(HA, 411)
Después que Satanás fracasó en su intento de vencer a Cristo en el desierto, combinó sus fuerzas para que se opusiesen a su ministerio y si fuese posible estorbasen su obra. Lo que no pudo lograr por el esfuerzo directo y personal, resolvió efectuarlo por la estrategia. Apenas se retiró del conflicto en el desierto, tuvo concilio con sus ángeles y maduró sus planes para cegar aun más la mente del pueblo judío, a fin de que no reconociese a su Redentor. Se proponía obrar mediante sus agentes humanos en el 176 mundo religioso, infundiéndoles su propia enemistad contra el campeón de la verdad. Iba a inducirlos a rechazar a Cristo y a hacerle la vida tan amarga como fuese posible, esperando desalentarlo en su misión. Y los dirigentes de Israel llegaron a ser instrumentos de Satanás para guerrear contra el Salvador.
(DTG, 175-176)
Los dirigentes judíos estaban llenos de orgullo espiritual. Su deseo de glorificar al yo se manifestaba aun en el ritual del santuario. Amaban los lugares destacados en la sinagoga, y los saludos en las plazas; les halagaba el sonido de los títulos en los labios de los hombres.
(DTG, 209)
Los falsos pastores vuelven ineficaz la Palabra de Dios…
(EUD, 252)
(En 1844) Los atalayas infieles estorbaban el progreso de la obra de Dios. Cuando la gente comenzaba a inquietarse, y a buscar el camino de la salvación, esos dirigentes se interponían entre ellos y la verdad y trataban de calmar sus temores mediante falsas interpretaciones de la Palabra de Dios. A esa obra se unieron Satanás y los ministros no consagrados para clamar: “¡Paz, paz!” cuando Dios no había hablado de paz. Como los fariseos de los días de Cristo muchos no quisieron entrar en el reino de los cielos y se lo impidieron a los que estaban por entrar. La sangre de esas almas les será requerida.
(HR, 378)
Los ministros de Cristo son los guardianes espirituales de la gente confiada a su cuidado.
(OE, 14)
El Señor llama a pastores, maestros y evangelistas. De puerta en puerta han de proclamar sus siervos el mensaje de salvación.
(OE, 29)
Me veo obligada a decir que el trabajo de muchos de nuestros ministros carece de poder.
(OE, 35)
Es la presencia junto a ellos del Espíritu Santo lo que prepara a los obreros de ambos sexos, para ser pastores del rebaño de Dios.
(OE, 101)
El espíritu de frivolidad puede andar de acuerdo con la profesión de los payasos y artistas teatrales, pero está completamente por debajo de la dignidad de un hombre elegido para estar entre los vivos y los muertos, y para ser portavoz de Dios.
(OE, 122)
Cuando un predicador (…) descuida los deberes de pastor del rebaño, demostrando negligencia en su ejemplo y conducta, entregándose con los jóvenes a conversaciones triviales, bromas y chistes, y relatando anécdotas jocosas para hacer reír, es indigno de ser ministro del Evangelio, y necesita convertirse antes de que se le confíe el cuidado de las ovejas y de los corderos.
(OE, 137-138)
El ministro de Dios debe poseer humildad en un grado eminente. Aquellos que tienen la experiencia más profunda de las cosas de Dios son los que más se alejan del orgullo y ensalzamiento propio.
(OE, 150)
Los ministros de Dios deben hacer resonar la voz como el sonido de una trompeta, y mostrar al pueblo sus transgresiones. Los sermones halagadores que tan a menudo se predican no producen impresión duradera, y después de oírlos, los hombres no quedan con el corazón contrito, porque no les han sido declaradas las claras y agudas verdades de la Palabra de Dios.
(OE, 155)
El espíritu del verdadero pastor consiste en el olvido de si mismo.
(OE, 192)
Se han de dar fieles amonestaciones, reprender pecados, enderezar agravios, tanto mediante la obra del ministro en el púlpito como por su trabajo personal. (…) La obra del ministro del Evangelio consiste en “aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios”. (Efe. 3:9) Si el que entra en esta obra elige la parte donde menos tenga que sacrificarse, contentándose con la predicación, y dejando a otro la obra del ministerio personal, sus labores no serán aceptables a Dios.
(OE, 194)
La esposa del predicador puede hacer mucho bien si quiere. Si posee el espíritu de renunciación, y siente amor por las almas, puede hacer a su lado casi tanto bien como él. Una obrera en la causa de la verdad puede comprender y alcanzar, especialmente entre las hermanas, ciertos casos que el predicador no puede alcanzar.
Recae sobre la esposa del predicador una responsabilidad que ella no debe ni puede desechar con ligereza. Dios le pedirá cuenta del talento qué le prestó y de sus intereses. Ella debe trabajar con fervor y fidelidad, y en unión con su esposo, para salvar almas. Nunca debe imponer sus deseos, ni expresar falta de interés en la obra de su esposo, ni espaciarse en sentimientos de nostalgia y descontento.
(OE, 213)
Por otro lado, el predicador que permita que sus hijos se críen indisciplinados y desobedientes, encontrará que la influencia de sus labores en el púlpito queda contrarrestada por la conducta indigna de sus hijos. El que no pueda gobernar los miembros de su propia familia no podrá mostrar debidamente en favor de la iglesia de Dios, ni preservarla de la contención y controversia.
(OE, 216)
Cuando estaba preparando a Elías para la traslación, Dios lo llevaba de un lugar a otro, a fin de que el profeta no se asentase cómodamente en un punto, y así dejase de ganar fuerza espiritual.
(OE, 285)
Los que se deleitan en discutir no son idóneos para ser pastores de la grey.
(OE, 391)
No pocos ministros están descuidando precisamente la obra para la cual han sido nombrados. ¿Por qué se nombran miembros de juntas y comisiones a aquellos que han sido puestos aparte para la obra del ministerio? ¿Por qué se les convoca a asistir a tantas reuniones de negocios, muchas veces a gran distancia de sus campos de labor? ¿Por qué no se ponen los asuntos administrativos en manos de administradores? Los ministros no han sido designados para hacer esta obra. Las finanzas de la causa han de ser manejadas por hombres capaces; pero los ministros han sido destinados a otro ramo de trabajo. . . (OE, 439-440)
La iglesia está continuamente en dificultades como consecuencia del carácter deficiente de los dirigentes.
(OE, 454)
El sistema de las ocho horas diarias de trabajo no halla cabida en el programa del ministro de Dios. El debe mantenerse listo para servir a cualquier hora.
(OE, 466)
El método de pagar a los obreros varones, y de no pagar a sus esposas que participan de sus labores, no es un plan conforme al mandato del Señor, y si se lleva a cabo en nuestras asociaciones, se corre el riesgo de desanimar a nuestras hermanas en cuanto a calificarse para la obra en la cual deben trabajar. Dios es un Dios de justicia, y si los ministros reciben salario por su trabajo, sus esposas, que se dedican a la obra tan desinteresadamente como ellos, deben recibir su paga en adición al sueldo que perciben sus esposos, aun cuando no lo pidan.
(OE, 468)
Los maestros en las escuelas de los profetas, los escribas, los sacerdotes y los gobernantes, fueron los mayores perseguidores de Cristo. Todos los que hicieron gran ostentación de poseer luz espiritual fueron los que despreciaron, rechazaron y crucificaron a Jesús.
Los grandes hombres y mujeres y quienes profesan ser sumamente buenos, pueden llevar a cabo obras terribles impulsados por su fanatismo y por lo exaltado del cargo que ocupan, y vanagloriarse al mismo tiempo de que están sirviendo a Dios.
(Cristo Triunfante, 80)
Caifás…no tenía ni la capacidad, ni la autoridad del cielo para realizar esa labor…Caifás era sumo sacerdote sólo en apariencias. Llevaba los vestidos sacerdotales, pero no tenía una relación vital con Dios.
(Cristo Triunfante, 271)
No pocos de nuestros docentes de teología no son otra cosa que infieles disfrazados…
(Palabras de Guillermo Millar en “Cristo Triunfante”, 339)
Hay muy poca oración entre los ministros de Cristo, y demasiada auto exaltación.
(Review and Herald, 8 agosto, 1878)
Cuando los hombres ven el egoísmo y el pecado de los profesos maestros del cristianismo, pierden
la confianza en el propio cristianismo.
(Review and Herald, 8 agosto, 1878)
Ministros de Cristo, vuestra frialdad, falta de oración, de fervor, y de sabiduría celestial puede hacer caer el peso de la balanza de tal forma que lo envíe a la perdición.
(Review and Herald, 8 agosto, 1878)
El verdadero ministro del evangelio, no se presentará ante la gente para hablar palabras suaves, para clama paz y seguridad.
(La Voz, 353)
El ministro dice a sus oyentes que no pueden guardar la ley de Dios. “No es algo a lo que estemos sujetos en este tiempo”. “Debéis creer en Cristo; El os salvará; creed solamente”. (…) El ministro puede profesar ser sincero; pero está buscando tranquilizar la conciencia agitada con una falsa esperanza.
Hay muchos a los que se les hace creer que están en el camino que lleva al cielo, porque profesan creer en Cristo, mientras rechazan la ley de Dios. Pero al final se darán cuenta que estaban en el camino de la perdición, en vez del camino al cielo. El veneno espiritual está recubierto de la doctrina de la santificación, y administrado a la gente. Miles lo tragan ávidamente, creyendo que si simplemente son honestos en su creencia estarán seguros. Pero la sinceridad no convertirá el error en verdad. Un hombre puede tomar un veneno pensando que es un alimento; pero su sinceridad no le salvará de los efectos del veneno.
(Review and Herald, 03-08-1881)
Si los vigías duermen por efecto del narcótico satánico que les impide reconocer la voz del verdadero Pastor, y no prestan atención a sus advertencias, en el temor de Dios les digo que serán responsables por la sangre de los que se pierdan. Los centinelas han de estar muy alertas; deben ser hombres que ni de día ni de noche dormiten en su puesto del deber. Tienen que hacer sonar la trompeta con todas sus fuerzas para que la gente se aparte del mal y escoja el bien. La estupidez y el descuido indiferente no tienen excusa.
(Recibiréis Poder, 188)
Los que deciden dedicarse a la obra del ministerio deben dominar bien el tema de la reforma pro salud. Los que después de muchos años de experiencia todavía no valoran la obra médico misionera, no deberían ser nombrados para presidir nuestras iglesias. No andan en la luz de la verdad presente para este tiempo. Los que aman la verdad y aprecian el tema de la temperancia en toda su trascendencia no deben estar subordinados a un ministro que no haya prestado atención a la luz sobre el tema de la reforma pro salud. ¿Qué ayuda puede ofrecer a una iglesia un hombre que no anda en la luz?
(MM, 315)
Un ministro del evangelio tendrá éxito doble en su labor si comprende como tratar la enfermedad.
(MM, 324)
Que ninguno de nuestros ministros dé mal ejemplo por consumir carne.
(MM, 373)
Se me instruye a decir a nuestros ministros y a los presidentes de nuestras asociaciones: Vuestra utilidad como obreros para Dios en la obra de recuperar las almas que perecen, depende mayormente de vuestro éxito en vencer el apetito.
(MM, 393)
Que ninguno de nuestros ministros gaste tiempo y energía trabajando por los que conocen la verdad. En lugar de ello, que busquen a los que están fuera del redil.
(MM, 421)
Cuando surgen errores y son enseñados como verdad bíblica, los que están conectados con Cristo no confiarán en lo que dice el ministro, sino que, como los nobles bereanos, escudriñarán cada día las escrituras para ver si estas cosas son así.
(Fe y Obras, 88)
Si todos los ministros del mundo nos dijeran que estamos a salvo aunque desobedezcamos algún precepto de la sagrada norma de santidad, eso no disminuiría nuestras obligaciones ni haría menor nuestra culpa…
(Fe y Obras, 124)
Ahora deseo decir que Dios no ha puesto en nuestras filas ningún poder monárquico para controlar esta o aquella rama de la obra. La obra ha sido grandemente restringida por los esfuerzos de controlarla a cada área…
(EUD, 54)
Los falsos pastores en su infidelidad están clamando: “Paz y seguridad”, para aplacar la conciencia de aquellos que por el bien de sus almas necesitan ser alarmados. Los siervos fieles de Dios, deben emplear la voz y la pluma para que aquellos que están muy cómodos puedan despertarse con la advertencia.
(Carta 1, 12 octubre 1875)
However high any minister may have stood in the favour of God, if he neglects to follow out the light given him of God, if he refuses to be taught as a little child, he will go into darkness and satanic delusions and will lead others in the same path.
(Testimonies, vol 5, p 214)
Los sacerdotes y ancianos (…) habían de perder sus cargos o condenar a muerte a Jesús.
(PE, 166)
Los esfuerzos de Satanás contra los defensores de la verdad se volverán más intensos y decididos a medida que se aproxime el tiempo del fin. Así como en los días de Cristo los sacerdotes y dirigentes principales instigaron al pueblo contra él, así también los dirigentes religiosos promoverán resistencia y prejuicios contra la verdad para este tiempo.
(Ev.175; OE, 33)
Los más rigurosos castigos caerán sobre los que han tomado a su cargo la obra de ser pastores de la grey, porque han presentado a la gente fábulas en vez de presentar la verdad.
(Carta 30, 1900; 4 CBA 1178)
Ahora es exactamente como en los días de los judíos. Cuando llegaba un mensaje, todo el poder de los dirigentes era puesto contra él, para que la gente no tuviera acceso al mismo. Ahora, hermanos, acudid a Dios por vosotros mismos, y rogad a Dios de rodillas…Si Dios nos envía luz, permitid que nos llegue, y no permitáis que ningún hombre cierre la puerta, o intente cerrarla. No la cerréis vosotros mismos. Abrid la puerta de vuestro corazón y permitid que los rayos de luz brillante resplandezca en vuestro corazón y vuestra mente. Oro para que permitáis que el Sol de Justicia penetre en vosotros.
(Manuscrito liberado 900, Manuscrito 9, de 1890. Materiales de 1888, 541)
En el temor y el amor de Dios a aquellos ante quienes estoy afirmo hoy que hay una mayor luz para nosotros, y que grandes bendiciones vienen con la recepción de esta luz. Y cuando veo a mis hermanos agitados con ira contra los mensajes de Dios y sus mensajeros, pienso en las escenas similares de la vida de Cristo y los reformadores. La recepción que se les dio a los siervos de Dios en épocas pasadas es la misma que reciben hoy aquellos a quienes a través de los cuales Dios está enviando preciosos rayos de luz. Los líderes del pueblo hoy siguen el mismo curso de acción que los judíos siguieron. Ellos criticaron y acosaron con una pregunta sobre otra, y rechazaron admitir la evidencia, tratando a la luz enviada a ellos de la misma manera que los judíos trataron la luz que Cristo les llevó a ellos.
(Materiales de 1888 Vol. 2, p. 911.)

Cristo, el pastor principal, ha confiado el rebaño a sus ministros como subpastores; y les manda que tengan el mismo interés que él manifestó, y que sientan la misma santa responsabilidad por el cargo que les ha confiado. Les ha mandado solemnemente ser fieles, apacentar el rebaño, fortalecer a los débiles, animar a los que desfallecen y protegerlos de los lobos rapaces.
Para salvar a sus ovejas, Cristo entregó su propia vida; y señala el amor que así demostró como ejemplo para sus pastores. “Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas,” no tiene verdadero interés por el rebaño. Trabaja solamente por la ganancia, y no cuida más que de sí mismo. Calcula su propia ventaja, en vez de atender los intereses de los que le han sido confiados; y en tiempos de peligro huye y abandona al rebaño.
El apóstol Pedro amonesta a los subpastores: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto; y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey.” Y Pablo dice: “Por tanto mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado.” (1 Ped 5: 2, 3; Hech. 20: 28, 29.)
Todos los que consideran como un deber desagradable el cuidado y las obligaciones que recaen sobre el fiel pastor, son reprendidos así por el apóstol: “No por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto.” El jefe de los pastores despediría de buena gana a todos estos siervos infieles. La iglesia de Cristo ha sido comprada con su sangre, y todo pastor debe darse cuenta de que las ovejas que están bajo su vigilancia han costado un sacrificio infinito. Debe considerar a cada una de ellas como un ser de valor inestimable, y debe ser incansable en sus esfuerzos por mantenerlas en un estado sano y próspero. El pastor compenetrado del Espíritu de Cristo imitará su ejemplo de abnegación, trabajando constantemente en favor de los que le fueran confiados, y el rebaño prosperará bajo su cuidado.
Todos tendrán que dar estricta cuenta de su ministerio. El Maestro preguntará a cada pastor: “¿Dónde está el rebaño que te fue dado, la grey de tu gloria?” (Jer. 13: 20.)
(PP, 189-191)
Al dirigirse a los ancianos de iglesia recordándoles sus responsabilidades como subpastores del rebaño de Cristo, el apóstol escribió: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto; y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey. Y cuando apareciera el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.”
Los que ocupan la posición de subpastores deben ejercer una diligente vigilancia sobre la grey del Señor. No debe ser una vigilancia dictatorial, sino una que tienda a animar, fortalecer y levantar. Ministrar significa más que sermonear; representa un trabajo ferviente y personal. La iglesia sobre la tierra está compuesta de hombres y mujeres propensas a errar, los cuales necesitan paciencia y cuidadoso esfuerzo para ser preparados y disciplinados para trabajar con aceptación en esta vida y para que en la vida futura sean coronados de gloria e inmortalidad. Se necesitan pastores -pastores fieles- que no lisonjeen al pueblo de Dios ni lo traten duramente, sino que lo alimenten con el pan de vida; hombres que sientan diariamente en sus vidas el poder transformador del Espíritu Santo, y que abriguen un fuerte y desinteresado amor hacia aquellos por los cuales trabajan.
(HA, 419,420)
¿Pueden reformar a otros, cuando no pueden reformarse ellos mismos?
(Carta 121, 15 Marzo, 1905)
Si los ministros que son llamados para predicar el más solemne mensaje jamás dado a los mortales, evaden la verdad, son infieles en su trabajo, y son falsos pastores de ovejas y de corderos. Las afirmaciones de muchos no tienen ningún valor. Permitamos que la palabra de Dios les hable a las personas.
(Review and Herald, 11 Marzo de 1902)
Sobre los ministros de Dios descansa una solemne y seria responsabilidad. Se demandará de ellos una estricta cuenta por la forma en que han desempeñado su responsabilidad. Si no presentan ante la gente las demandas obligatorias de la ley de Dios, si no predican con claridad la Palabra, sino que confunden la mente de la gente con sus propias interpretaciones, son pastores que se alimentan a sí mismos, pero no alimentan a la grey. Invalidan la ley de Jehová, y las almas perecen debido a su infidelidad. La sangre de esas almas recaerá sobre su cabeza. Dios los llamará a cuentas por su infidelidad. Pero de ninguna manera esto excusará a los que atendieron los sofismas de los hombres dejando a un lado la Palabra de Dios. La ley de Dios es una manifestación del carácter divino. Y su palabra no es Sí y No, sino Sí y Amén (Carta 162, 1900).
Hay ministros que son orgullosos, autosuficientes, demasiado sabios para buscar a Dios en oración y para humillarse a estudiar las escrituras diariamente para encontrar nueva luz. Muchos cerrarán sus oídos al mensaje que Dios les envía, y los abrirán al engaño y la decepción.
The Ellen G. White 1888 Materials, 357
Vi que nuestro mensaje no era para los pastores que han descarriado el rebaño, sino par alas pobre, hambrientas ovejas dispersas.
(The Present Truth, March 1, 1850)

Decimos decididamente a cada ministro de Jesucristo que debe unirse a la Fuente de toda luz y poder y que no debe seguir la sombra de otro hombre viviente, porque es Cristo a quien debe estar sujeto, y no debiera unir su corazón a otro ser humano y permitir que el hombre piense por él. No está tomando su posición en la sociedad o en el mundo si simplemente acepta lo que su padre ha dicho, y lo que su padre, u otro buen gran hombre en generaciones pasadas, ha hecho, y se sumerge a sí mismo, y su individualidad, en ellos. Algunos que piensan que predican el evangelio están predicando las ideas de otros hombres. De algún modo han llegado a la conclusión no es parte del llamado o de la obra de un ministro pensar diligentemente y con oración. Aceptan lo que otros han enseñado sin ejercer su individualidad. Esta doctrina, enseñada por la iglesia de Roma, es la dependencia completa en los dirigentes. La conciencia individual no es propia; el juicio debe ser controlado por las ideas de otros hombres, y su inteligencia no debe sujetarse más allá de la de los dirigentes.
Satanás tiene su mano en todo esto para reducir la obra de Dios.
(Materiales 1888, p.834)
El ridículo abarata la mente de cualquiera que se enreda en él, ya que separa su alma de Dios. No se debiera poner ninguna confianza en el juicio de quienes hacen esto, ningún valor se le debiera dar a sus avisos o resoluciones…Acusar a los trabajadores a quienes Dios está usando es acusar a Jesucristo en la persona de sus santos.
(Materiales 1888, p.941)
Los ministros predican cosas suaves para adaptarse a los profesos carnales. Esto es lo que Satanás quiere. Ellos no se atreven a predicar a Jesús y las verdades cortantes de la Biblia; porque si lo hicieran; estos profesos carnales no las escucharían. Muchos de ellos son ricos, y se prefiere retenerlos en la iglesia, aunque no son más aptos para estar allí que Satanás y sus ángeles.
(Spiritual Gifts, volume 1, 127)
No se debe animar a los hombres a entrar en el campo como ministros sin tener evidencia inequívoca de que Dios los ha llamado.
(OE, 452)
La posición que ocupa el hombre no cambia su carácter.
(Manuscript Releases, 1305)
Hermanos, yo veo vuestro peligro, y pregunto nuevamente, ¿el que está cometiendo algún error, está haciendo algún esfuerzo para corregirlo? Las almas pueden estar tropezando, caminando en tinieblas, porque ustedes no han hecho ningún camino derecho para vuestros pies. Si ustedes están en posiciones de confianza, les hago el mayor apelo sincero, por amor a vuestras propias almas y por amor a aquellos que los miran como guías, arrepiéntanse ante Dios de todo error cometido, y confiésenlos.
Si ustedes tienen indulgencia con la dureza de corazón, y a través del orgullo y de la justicia propia no confiesan vuestras faltas, seréis abandonados a las tentaciones de Satanás. Si cuando el Señor os revela vuestros errores, no os arrepentís ni hacéis confesiones, sus providencias os llevarán al mismo terreno una y otra vez. Seréis abandonados para que cometáis los mismos errores, os continuará faltando sabiduría, y llamaréis al pecado justicia, y a la justicia pecado. La multitud de engaños que prevalecerán en estos últimos días os cercarán, y cambiaréis de líderes, y no sabréis que lo habréis hecho.
(RH, 16 de Diciembre de 1890.)
He sido instruida que el enemigo busca conectarse con los hombres que llevan grandes responsabilidades en la obra de Dios, para que pueda llenar sus mentes con malas ideas. Bajo su influencia los hombres sugerirán muchas cosas que son contrarias a la mente de Dios.
(Special Testimonies, Series B, 48.)
Los líderes no sólo son responsables por sus errores no santificados, sino también por los de aquellos que siguen su ejemplo. Y cuando se les reprende por introducir principios equivocados, manifiestan un espíritu perverso…Esta es la razón por la que el Espíritu de Dios no se manifiesta en nuestras iglesias.
(Manuscrito Liberado, 1305)
Cuando aquellos a quienes Dios ha exaltado a puestos de elevada confianza se apartan de él y se vuelven a la sabiduría humana, su luz se convierte en oscuridad; y qué grande es esa oscuridad.
(Manuscrito 132, 1902)
En los escribas, fariseos y gobernantes, Jesús no encontró los odres para su vino nuevo. Se vio obligado a apartarse de ellos y acudir a hombres humildes, cuyos corazones no estuvieran llenos de envidia, codicia y justicia propia. Los humildes pescadores obedecieron el llamamiento del Maestro divino, en tanto que los escribas y fariseos rehusaron ser convertidos.
(Exaltad a Jesús, 253.2)


“Vosotros sois la sal de la tierra.” (Mt.5:13) Estas palabras fueron dirigidas a unos pocos humildes pescadores. Había sacerdotes y rabinos oyéndolas, pero no iban dirigidas a ellos. Así Cristo nos da una idea de lo que constituye el valor de la influencia humana. Es actuar bajo la influencia de Cristo.
(En lugares celestiales, 240)